Ojalá camináramos por la vida dejando huellas visibles como en la arena, así notaríamos los kilómetros y kilómetros que recorrimos hasta llegar acá.
Así sentiríamos la compañía de los que caminan a nuestro lado y de los que caminaron y fuimos perdiendo en el viaje.
Así distinguiríamos los pasos difíciles de los fáciles. Los que nos costaron más esfuerzo y determinación, de aquéllos más simples apenas perceptibles donde casi levitamos al andar.
Así percibiríamos cada paso y cada decisión que tomamos para formarlos y seríamos conscientes de su peso.
Ojalá camináramos por la vida como si fuera un lienzo de arena pero, realmente, ojalá pudiéramos detenernos hoy a pensar nuestras huellas y sopesarlas, aún cuando el camino es etéreo y nuestra memoria, una selectiva compañera.
OPINIONES Y COMENTARIOS