Hay quien quiere
sumergirme en sus abismos;
ser mi ejemplo,
anunciarme una señal.
Hay quien quiere
confundirme con sus signos;
erigirse
en señuelo de mi azar.
Hay quien quiere
poner voz a mi garganta;
galopar
sobre mis piernas la ciudad.
Hay quien quiere
capturarme con sus trampas;
poseerme
como sombra servicial.
Hay quien quiere
manejar hasta mis brazos;
indicarme
donde debo golpear.
Hay quien quiere
amputarme de un hachazo;
pretendiendo
que llegue sin caminar.
Hay quien quiere
que renuncie a ser mi dueño;
someterme
a una derrota sin jugar.
Hay quien quiere
apropiarse de mis sueños;
que me niegue
cada día a despertar.
Hay quien quiere
convertirse en el permiso
que preciso
para amar o para odiar.
Hay quien quiere
transformarme con su hechizo
en paloma
o en fusil para matar.
Hay quien quiere
que me pierda esta aventura;
que rehúse
a mi viaje por el mar.
Hay quien quiere
que me absorba la cordura:
que no sea
diferente a los demás.
(Del libro TIEMPO DE HIELO. CUADERNOS DE POESÍA).
“Dirán que andas por un camino equivocado si andas por tu camino”. (Antonio Porchia─poeta italo-argentino).
He querido acompañar este poema con esta canción icónica del maestro del sarcasmo Georges Brassens, inspirador de otros grandes del género como Javier Krahe. En esta ocasión, interpretado por Paco Ibáñez, otro ejemplo incuestionable de honestidad y de compromiso social, en una versión traducida del francés por Pierre Pascal. El individuo es más inteligente que la masa, y menos manejable. Por eso no gusta que cada uno tenga su propia fe.
Vídeo subido a Youtube por José Carlos Ponce Sánchez.
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