Una voz va naciendo en mi interior; una voz que un día dejo de ser escuchada y se volvió desconocida; hoy está volviendo a nacer para nunca irse. He tenido que pasar momentos muy duros; me hundí en las profundidades, mi cuerpo a un punto de no poder seguir, mi mente cansada estaba y cuando sentía que respiraba mi último aliento una luz nació en mi interior. Comencé a ver resplandor en medio de tanta tiniebla, mi mente comenzó a ver un nuevo horizonte, el miedo se va transformando en calma y de pronto todo empieza a tener sentido. Logré darme cuenta que nunca estuve sola y cuando creí que estaba cayendo realmente me estaba levantando. Un cálido abrazo me rodeo y no solo me salvo sino que me dio un propósito.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS