En los puntos cardinales, bellamente escondidas
están las respuestas, bellamente presumidas
en los colores de las estaciones están las seducciones
aguardan quietas en los pliegos del tiempo, calladas
El sur es así, tiene la indómita parábola del enigma
de porque a veces las verdades nacen antes,
se burlan del idioma, se escapan a los días
Y en el mismo espacio las palabras se hacen soles
Todo yace en las paredes de la noche, en su calma
en el tamiz oscuro donde quedan atrapadas
las hilachas del dolor y algunos pañuelos gastados
al compás de un vals que aún no se ha bailado
¡Coplas de nostalgia!
Cantan a los montañeses cuando están solos
a los pechos desgarrados que aun sienten
a los sufridos insomnes que interrogan
a los que se abrazan a tu aurora de mar y fuego
Curiosa vida sin monedas ni bolsillos,
yo te acepto con tus agujeros y verdades
con las palmas agigantadas y ardientes
con La música que vive en tus alforjas.
Paredones de pino esperando el aire, desafiantes
que a borbotones disparan erráticos ululares
balada distante que se aleja en la planicie
hacia los parrales que reúnen la sangre prolongada
Son los días donde el rio infla las velas
y el Plata es una alfombra marrón, inerte
Son el vientre donde nacen las cosquillas
Y el pensamiento en el vasto horizonte.
Es el hombre y sus largas noches meditando
es el estallido de un rayo en las sedas del cielo
son los hilos de oro que tensan la poesía y brillan,
cuando desfilan las perfidias condenadas al abismo
Es el este en su extensa comunión con el rio,
es el norte donde nacieron las leyendas y la mística,
es el oeste donde yacen los dones y los vientos rugen,
es el sur donde se esconde el grial de la memoria.
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