Inmenso mar azul que todo acoges
mis sueños dormidos y los otros,
los que son ramaje sin otoños nublados
en mi corazón que es vasta hoguera.
Inmenso telar de cielos celestes
yo te abrazo en cada húmeda brisa
y me subo a tus errantes alfombras
para horadar el camino de mis pasiones.
Inmensos verdes que me dan las velas
para navegar sin brújulas ni presagios,
sigue dándome la paz de las encinas
y los versos de la poesía sin fronteras.
Que no exista nunca más la distancia
Que nos una para siempre la palabra
Que nos halle la búsqueda en el camino
Que no exista un para siempre sin sentirlo.
Inmenso mar donde guardas todas las gemas
en tu vientre todo late, todo ruge
la obsesión alocada y ciega de Melville.
la pasión de Hemingway intacta.
-Dime tu que eres vastedad y tiempo!
tu que existes antes de nuestra existencia
tu que eres todas las odas de los poetas
en que azul está escondida la musa?
-Dime tu que eres el dorado del que sueña!
¿Dónde está Alfonsina la que nunca duerme?
¿En qué caracola están durmiendo sus rimas?
¿En qué abismo de piedad duerme su tristeza?
Yo me la imagino con mirada Infinita
cantándole a los marineros en la zozobra,
acercándose a los puertos en las noches de plata
soberbia en sus razones y siempre enamorada.
Alfonsina la que abrió sus brazos al mar sin miedo
Alfonsina en su laberinto de dolor y dudas
la que cambio su angustia por gaviotas
la que siempre estará en la tierra sin olvido.
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