Tal vez esta sea la primera y última vez que escuchen su historia. Porque tengo que
mantener el secreto, él no se puede enterar que estoy contando su historia.
Cuando lo conocí pasó un tiempo para que me diga su nombre, creo que era por miedo
pero hasta el día de hoy no me ha dicho el porqué.
Su nombre es Ignacio pero le gusta que le digan Rick, en realidad no se que relación tienen
esos dos nombres pero supongo que esta bien, Rick tenía catorce cuando su padre falleció
lo cual fue un golpe bastante grande, su padre era su escape de la realidad. Yo lo conocí
cuando él cumplía sus dieciséis después de cambiarse de escuela porque ya no aguantaba
los crueles comentarios de sus compañeros por el acoso que siempre recibía.
Al principio en su nueva escuela era un chico raro. Nadie se le acercaba y él se sentaba en
la parte de atrás del aula donde nadie le daba demasiada importancia, al parecer los
humanos le tienen miedo a lo nuevo. El año seguía pasando y Rick cada vez tenía más
problemas, Carla su madre decía que era por la adolescencia, él se sentía mal siempre,
estaba triste y no tenía ánimos para hacer nada. Se metía en problemas todo el tiempo en
la escuela y cuando se enojaba solo gritaba y se iba a su cuarto, una charla o discusión
frecuente con su madre era:
– ¿Qué es lo que te pasa Ignacio? – Preguntaba angustiada su madre
– Que te importa, siempre crees tener la respuesta a cada cosa que me pasa pero ¿sabes
que? ¡NO ES ASÍ! – Y luego se iba a su cuarto
Su madre siempre se quedaba pensando que lo habría hecho enojar para que le hable de
esa manera, pero no encontraba razón aparente para eso, ella solo le tenía paciencia sabía
que su hijo seguía afrontando lo que había pasado con su padre al igual que ella.
De repente empezó a encerrarse en su habitación dejó de hablar con su mamá y su
hermana Stella, lo único que hacía era sentarse en la punta de la cama a llorar porque hace
un tiempo había perdido a su padre. Rick empezó a ir al psicólogo donde no duró
demasiado porque nunca fue un chico de muchas palabras lo cual no fue de gran ayuda con
aquel especialista, así que aproximadamente por navidad dejó de ir; en las noches no
dormía y se quedaba viendo el techo pensando en formas de desaparecer de la faz de la
tierra y aparecer en Marte, el solo quería que su vida volviera a la normalidad, ¿Pero que
normalidad?, para él nunca nada fue normal siempre había algo que lo hacía sentirse
extraño, indefenso y torpe…
– Hola… ¿Cómo estás hoy Rick? – Entró preguntando su hermana
– De la misma manera que todos los días… ¿Qué quieres Stella? No tengos ganas de
aguantarte ahora – dijo viendo su teléfono
– ¿Quieres tomar helado? – Pregunto tratando de cambiarle el humor a su hermano
– Quiero que te vayas de mi pieza… Ahora por favor, si es posible
Como dije no hablaba con nadie, no hacía sociales, y las pocas conversaciones que tenía
eran de esa forma.
Yo llegué después de un tiempo pasando eso, está bien al principio mentí no lo conocí en su
cumpleaños número dieciséis, me hice parte de la familia ese día.
Lo empecé a seguir todos los días de la escuela hasta su casa, él me daba parte de su
sándwich o de lo que llevaba de comida, al parecer me veía con hambre, cosa que siempre
tengo pero no importa eso ahora.
Carla siempre me veía con mala cara porque no me tenía confianza, al parecer, pero con el
tiempo me fue recibiendo en su casa me dejaba pasar a tomar agua e irme luego, ya que yo
caminaba todo el día y siempre estaba con sed, eso me reconfortaba demasiado. Un dia yo
estaba sentado en la vereda de la casa de Rick y Carla se me acercó y dijo:
-Desde que llegaste a nuestras vidas, Ignacio ha estado mucho más feliz, el vuelve contento
y hasta ha vuelto a hablar con nosotras… Gracias por llegar a nuestras vidas
¿Qué puedo decir? Soy una máquina de felicidad para todas las personas con las que me
cruzo.
Soy Rocky un perro, si un perro… Y conté un poco la historia de mi mejor amigo porque yo
pude alegrar su vida, y él le dio sentido a la mía, cuando Rick me pasó la mano por el lomo
la primera vez supe que él era mi humano perfecto, la persona con la que congeniaba, a
veces no somos personas el mejor amigo o amiga de un humano pero podemos dar la
misma cantidad de cariño que uno o inclusive más.
– Rocky, por favor deja de ladrar… Son las 6 a.m amiguito, ya duérmete
– Lo bueno es que Rick no entiende el idioma canino, sino se enfadaría demasiado si se
entera que yo fui quien hizo pis en sus zapatillas…
OPINIONES Y COMENTARIOS