Son los del patio número cinco, grita el preso 342 mientras corría apresuradamente para salvarse de aquel motín, que dejaba su cuerpo herido y ensangrentado todo su jean.
Son los del patio número cinco, grita con gran exclamación el comandante de la guardia que enviaba todo un batallón, a sus subordinados aturdidos por el sonido de una gran explosión.
Son los del patio número cinco, grita el corrupto en prisión quien utilizaba su dinero producto de un sistema de extorsión, para pagarles a los guardias de su patio, sus beneficios y protección.
Son los del patio número cinco, gritó el cocinero encargado de suministrar la alimentación a los presos condenados y a quien no les enviaba la justa ración por estársela vendiendo al corrupto en prisión.
Son los del patio número cinco, grita el director de la cárcel con gran desorientación recordando que los recursos destinados a la compra de camarotes y colchonetas para la prisión, fueron destinados para la compra de su avión.
Fueron los del patio número cinco, los señala la gran nación en los titulares de noticieros y periódicos con gran indignación y una foto de portada de una cárcel quemada y en total destrucción.
Por: Rodolfo Albeiro Angarita Serrano.
OPINIONES Y COMENTARIOS