Cerré los ojos, las canciones parecen nunca terminar, parece que flotarán en el aire para siempre

hasta que algo las arrastra, y se deshacen

No despierto

Y entro en el castillo donde guardo la perversidad de toda mi psique, un sótano sanguinario, una calle solitaria y un par de lirios muertos.

Hay retratos de santos por las paredes, que mal me miran, y escupo sus caras, porque paganas de mi aposento son sus almas

¡Dios! ¡Araño mi cara y no despierto!

A su lado hay ventanales que con sus vidrios no me corto, y camino por las empinadas escaleras de las que antes me he visto colgada, y no despierto

¡No siento el cuerpo y toco mis sucias palmas, esto no es más que un relato real de un infame recuerdo! Un recuerdo del mismo cuerpo pero distinta cabeza, hay algo que no cuadra

¡No despierto!

Siento emanar de mí adrenalina frenética, pulsión de muerte y rabia punzante y

¡Dios! ¡Araño mi cara y aún no despierto!

No podrías venir aquí con tu fresca cordura, volviendo miseria mi tierra con tus dientes de lata

me regocijo cuando se fertiliza mi podrida carne en tu encía arrancada

¡Dios! ¡Araño mi cara y no despierto!

Yo, con un cerebro limítrofe e ira ultraviolenta, ya estoy despierta

Despierta

Con un par de heridas terminales y otra dimensión caótica en la cabeza.

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