Caín y Abel, una de las primeras historias de la biblia. La leyenda cuenta que en lo más profundo del mundo está la cuna de Caín. Lugar donde nadie ha sido capaz de llegar.

Se cuenta que aquel mortal que llegue a este lugar lograra sentir toda la maldad que se deposita en la Cuna de Caín.

Este lugar fue donde crecieron y durmieron juntos dos grandes hermanos, Caín y Abel, el cual aun después de haber compartido incluso la cama cosas algo tan trivial como lo que son los celos, sacrificó a su hermano por su orgullo. Los celos, la avaricia, y el pesar de matar a su hermano perduraron en la memoria de aquel Caín.

Los pocos que se han atrevido a seguir este camino para la búsqueda de la Cuna de Caín nunca volvieron a hacer lo mismo.

Una vez un joven entró en esta magnífica aventura. Él viajó por el mundo visitando lugares sagrados para el cristianismo con el fin de encontrar el misterio.

Después de muchos años de investigación, una conclusión surgió:

“La Cuna de Caín no es un lugar terrenal, es un lugar que vive en nuestra alma, todos tenemos la cuna de Caín dentro nuestro. Todos en algún momento de nuestra vida hemos actuado como Caín.

    Hemos sentido celos de nuestro prójimo, Hemos sentido la avaricia de tener todo lo que podemos, El orgullo se ha apoderado de nuestra alma por el hecho de sentirse mal por el logro de otros.

    Lo que Caín sintió fue algo que todo humano ha sentido en cualquier punto de su vida. Aunque mató a su hermano, todo aquel que ha sentido la cuna de Caín lo que en verdad ha matado es su alma, llenándola de todo mal pensamiento.

    Es por eso que todo tenemos intriga de conocer qué es La Cuna de Caín, porque es algo que está en nuestro interior, por eso pocos se atreven a buscarlo.”

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