Al natural sin duda paso. manteniendo siempre el respeto y la responsabilidad de no provocar un hecho del cual arrepentirse y de no tener las respuestas necesarias para un futuro incierto. Pero fue real, el momento había llegado, la hora era exacta y los segundos avanzaban más rápidos que antes. Pero ahí estábamos cruzando las miradas, tu arriba y yo abajo. Una pieza llena de pasión donde los muebles, la ventana y la puerta eran testigos de que todo se había transformado en lo que lo que los días en su momento alejaron y callaron.

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