Hoy quiero hablarles
del inalterado sentido
de mi nimiedad;
En casa, a ratos,
puedo ser escuchado
cuando se toman decisiones;
En calle, todos parecen
ignorarme,
hasta las motos se entrecruzan
y pierdo la ruta;
En el trabajo, debo escuchar
y obedecer,
mis argumentos no tienen
volumen y se pierden;
Mi hoja de vida es intachable,
en la realidad camino sin sombra;
Escribo para que entiendas que,
aunque no parece importarme,
a veces me canso
de ser invisible.
CESAR LORQU
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