Sí. Eso fue todo.
Se acabó.
Ya no duele y el amor pinta una vez más en mi vida. Parecía imposible. Pero hoy sé que no.
Estás con alguien más y te veo feliz. Yo también estoy con una nueva persona y me siento en paz. Me siento feliz, amada, respetada y correspondida. Siento que encajo. Que me dan un valor incalculable.
Irónico, ¿no? Porque aún así… No comprendo qué hago aquí, a la 1:44 de la madrugada, pensando en vos. Repasando nuestra historia una vez más.
Me lo dije alguna vez, que te amaría siempre. Creo que algo de eso aún no ha sido despojado de mi alma.
Ojalá pudiera devolver el tiempo y volver a sentir el corazón a reventar. Porque a pesar de que no eras vos, y jamás vas a ser vos, yo me encontraba desmedida y perdidamente enamorada de todo tu ser. No veía salida. Mi corazón vivía cada día al límite de reventar.
Una emoción dotada de ilusión iluminaba mi cada mañana y me sacudía sin delicadeza.
Incluso cuando todo se transformó en dolor, la exaltación de aquel amor indescriptible no me dejó soltar todo lo que éramos, todo aquello tan bello que un día fuimos, y todo lo que en algún punto del tiempo siempre seremos.
Te amé más de lo que debía, y ahora me hallo en la incesante búsqueda de ese sentimiento que no parece reconstruirse de nuevo. ¿Será posible que aquello que te destruye se vuelve insuperable? ¿Será que el incesante deseo de funcionar con quien te hace daño es lo que realmente te hace sentir vivo? ¿Qué tan enfermo podría ser? ¿Qué tan estúpido es el corazón?
Estoy convencida de que yo no paseo por tus pensamientos, y por eso me limito a un escrito anónimo que no me lleva a ningún lado, más que a esa sensación sucia de no merecer lo que vivo en mi presente por el repulsivo hecho de conservar este lazo con mi pasado. Mi pasado con vos… Nuestro pasado.
Se acabó, y sé que no debería tener más palabras para este amor derrotado y perdido.
Dejaré que el tiempo me convenza de que se acabó.
OPINIONES Y COMENTARIOS