La grata ilusión de perderte.

Evitaba devolverle la mirada, hacia atrás, los lados o por debajo, ¿miedo?.

Se doblegó todo en mí en alguno de esos primeros días, aún hoy algo persiste, finalmente, con ojos de amor desconocido la vi y contemplándola, pude reconocer, que no era tan sombría como la imaginaba,

más bien un tanto traslucida… y sutil.

Mis huellas te atraviesan sin surcarte, alguien podrá explicarme de que manera eso puede suceder, no es posible me digo… si estoy ahí… hundido en cada pisada, en cada grano de arena aplastado, en cada pensamiento rumiado, es tan hermoso que vengas conmigo y tu compasión vuela dentro de mi cráneo de hemisferio en hemisferio… mejor dicho, en todo el mapamundi de mi mente, desafiando al cerebro que nada bueno tienen para pensar cuando te percibe,

igual te ama.

Yo sé, cuanto la luz te quiere. Cuando intento escapar más te aferras, ni el viento o la gravedad puede con nosotros, y acepto, sólo nosotros, contra mi.

Humano rudimentario aún, a la hora de ver y entender como nace la humanidad, como se hace el mundo cada día, básicamente en dos piezas opuestas que se urgen una a la otra incansablemente. Si logro al menos comprenderlo, mi alter ego podrá llevar estas palabras con el viento de muy al sur a muy al norte, por el camino que es igual pero diferente a la vez.

Siento que escribes, eso que me cuesta leer, miro a través de los vidrios sucios de una ventana que tiene un gran árbol justo en el centro, sólo veo una fracción de su tronco, pero puedo saber cuantos nidos de pájaros fueron olvidados, porque el árbol está seco, es casi increíble pensar que el cuerpo desciende lentamente de acuerdo a nuestra medida de tiempo lineal, hacia lo bajo, la vibración se densifica, es algo así como volver al do, mientras la eteridad en la mejor lograda liviandad, avanza calma hacia el si… sabiendo que todo volverá a sonar, inmediatamente.

Las raíces en las ramas y las ramas en las raíces, es una buena imagen de tu existencia aferrada a mi. Ya se, seguramente día tras día deberé olvidarte para poder creer. Nadie me dijo que no estaría solo, nadie tuvo tiempo de contarme, porque todos eligieron esconderse, y ahí me quedé mirando el horizonte de la calle, contaminada de máquinas ruidosas, nada especial había en esto, sino todo lo contrario… algunos colores son horribles.

No te sientas halagada… no eres sólo tú, quien viene conmigo, ¡y ya estas fastidiándome! vienes conmigo porque, así los científicos dicen que será, aquí y por siempre.

Me compadezco por ti, pero puedo elegir cuando perdonarte.

Por eso no tengo cuidado si te surco con mis huellas, una y otra, y otra vez, no me interesa saber que tan profundo es el daño… porque sé y muy trillado, que tarde o temprano por las veces que el sol lo decida, te pondrás justo enfrente de mi, y me moveré con fuerza esquivando tu mirada, tu cuerpo… toda tu intensión de someterme… pero ahí estarás… y te aceptaré… haré lo inhumano para abrazarte… y quizá así, por una fracción esclava de un arrogante vacilante tiempo lineal, no te veré, por una vez tendrás la oportunidad de ponerte en mi lugar… no pierdas el momento, estoy desintegrándome en silencio, para ayudarte, y te sugiero sin sonreír, solo ocúpate de elaborar alguna nueva idea elevada de compasión por nosotros… por todos… por quienes te aman y te odian… al fin de cuentas, es lo mismo.

Tengo la grata ilusión de perderte para siempre…

Escucha las voces del mar, los pájaros están en sus nuevos nidos, en otros vastos árboles verdes, los rumores de las bocas que hablan sin sonrojarse, de las mujeres y los hombres escondidos en las sombras ajenas, aterrorizados y a tientas. Casi todos fingen no conocerte.

Incesante ahí estás ! directamente debajo de mi, siendo mi pedestal, tan diminuta, frágil, el agua llega batida con cristales de sal…

sin esfuerzo alguno, te desprende.

…….

DGOfin / sept21