Mi amor imposible, mi amor soñado, un amor efímero en mis pensamientos que se siente pero no se ve. Te siento en los libros y en cada una de sus letras, hasta aparece tu nombre  y yo, camuflada con otro seudónimo pero con la misma alma. Un alma dramática y enamorada. Un alma vieja pero soñadora, ilusionada y romántica, un alma que te escribe los poemas más profundos de la existencia del ser sin aún, ver tu rostro. Un alma que te toma la mano cada noche, que es su misma mano, pero que la entrelaza cual si fuera la tuya. Un alma en pena esperando que aparezcas en el plano terrenal, tan melodramático y novelesco como en las historias que se han convertido leyendas en mi cabeza. Porque lo que siento por ti es inexplicable y para muchos ridículo, porque no te he visto en este presente, pero se que en muchas vidas anteriores a está me he perdido en tu mirada y he caído en tus encantos más de un millón cuatrocientos cuarenta cuatro mil veces, y digo esa cifra porque alguien una vez me dijo que esas son el número de vidas que vivimos antes de pasar al siguiente plano y, aunque no lo creo mucho, estoy segura que mi amor por ti ha sido ese y más, porque no hay manera de explicar lo que siente mi pecho al hablar de ti, se llena con una corriente de oxígeno infinito y resplandeciente, se iluminan mis ojos y se llenan de lágrimas.

Y quiero volverte a encontrar porque, aunque este completa me faltas. Deseo tu calor, tu sudor, tu amor, tu energía.

Y sí… Estoy demente, pero me da lástima los que lo creen porque los dementes son ellos que solo creen conectar cuando se ven cuerpo a cuerpo y no cuando se sienten o se observan en los sueños y más allá de las estrellas. 

( el 622 retumba en mi cerebro cuando termino este verso).

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS