«En un bar ubicado a no muy lejos de aquí, se encuentra una chica que prepara los mejores cócteles. Dicen que la historia del lugar es tan antigua que nadie sabe la edad, siquiera existen registros de la estructuración. Muchos comentan que han tenido la oportunidad de estar frente a aquel sitio tan aterrador, sin embargo ninguno de los testigos han tenido las agallas de atravesar sus puertas. Una de las tantas leyendas que existen sobre la coctelera, es que la única forma de poder pagar sus bebidas, es mediante un acto que ningún hombre es capaz de solventar», narré frente a un grupo de chicos que estaban acampando.
—¿Cómo se llama? —preguntó una de las chicas mientras abrazaba a su pareja.
—Según cuenta la leyenda, su nombre es Paula. Pero es más conocida como Paw. —respondí en un tono aterrador, incitando a que se graben el nombre de memoria.
—¡Me! Que nombre más aburrido te has inventado, ¿no pudo ser algo más aterrador? —reclamó el novio. —¡Cariño! No deberías temer, claramente es una historia de mentira. —reconfortó a su pareja.
—¡Vaya! Al parecer tenemos a un hombre valiente, encantado estaría yo de conocer tu destino una vez te encuentres con ella. —respondí con la intención de incentivarlo a provocar su encuentro con la reina. —¡De todas formas! ¿Han oído hablar del Cóctel de Escarlata? —pregunte a todos los que estaban presente en el círculo frente a la fogata bajo la luz de la luna.
—¡No! —respondieron todos al unísono.
—¡Es el mayor placer de la vida! El color de la bebida es tan intensa que ninguno de los presentes podrá ser capaz de resistirse, aunque muy pocos tendrán el privilegio de probarlo. —dije mientras me paraba y caminaba alrededor del fuego. —Existen muchos placeres en esta vida mis queridos amigos, pero ninguno se compara a la creación de Paw. —continúe mientras me acercaba a cada uno, dejándoles una moneda en cada mano. —Las monedas que les estoy entregando ahora mismo, representan sus almas, su sangre y sus vidas. Si alguno realmente quiere conocer a la Reina del Cóctel de Escarlata, solo tendrán que arrojar su moneda al fuego, y solicitar su presencia. —finalice con el relato.
En ese preciso momento me retiré, pero lo suficiente como para ver si la reina atiende sus llamados. En cuanto me escondí, todos empezaron a discutir en si realmente valdría la pena intentar el llamado, ya que aun no confiaban en que la leyenda fuera cierta.
—¿Qué hacemos ahora? ¿Lo intentamos? —pregunta una de las chicas que estaba ansiosa de probar la bebida.
—¿Para qué? ¿Y si resulta que no es cierto? —responde preocupadamente uno de sus amigos.
—¡Aja! ¿Y qué haremos? ¿No se supone que vinimos a acampar con el objetivo de presenciar algo paranormal? —vuelve a preguntar la chica que cada vez se convencía a sí misma de intentarlo. —¿Saben que? ¡Hagan lo que quieran, me da igual si son cobardes o no! ¡Yo quiero probar ese cóctel! —afirmó.
Desde aquí puedo ver como la chica se arrodilla ante el fuego, recita y solicita la presencia de la reina. En cuanto finalizó sus oraciones, su cuerpo frío y blanco cayó fuertemente al suelo. Ahora se como es que la reina aparece, no es tan real como dicen, pero si es real en la mente. Todos los chicos entraron en pánico, de manera que cada uno de los que estaban presentes, corrieron velozmente hacia el carro más cercano para alejarse del lugar.
«Cariño, ¿tenías sed?», escuche detrás de mí su bella y suave voz. «La niña que has visto aceptó el pago, no creo que sea suficiente para ambos, pero este lo hice con mucho amor ¡Especialmente para tí, cariño!», recitó mientras estiraba su brazo el cual sostenía una copa con el maravilloso cóctel.
—¡Mi bella reina! Encantado estoy de disfrutar tu maravillosa obra de amor. ¿Pero qué hay de ti? ¿te vas a quedar sin beber? —respondí a la reina mientras se arrodillaba ante mi, el gran rey de la muerte.
—¡Me has conseguido suficiente líquido con esos muchachos que han escapado! —responde pasivamente observando a cada uno de los que estaban presentes en el camping. —¡Mi solemne Rey! ¿Me permite jugar con las vidas de sus campistas, para preparar más cócteles? —dijo mientras escogía a su próxima presa.
—¡Mi reina! ¡Ve! Hoy tendremos un magnífico banquete. —ordene.
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Esta historia fue inspirada en un personaje de Instagram, podrán conocerla si buscan su perfil como @inconscientepadawa.
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