EROTICIDIO

EROTICIDIO

KEKI

28/08/2021

EROTICIDIO

Le hundí los dedos hasta el punto de que el rebote se sintió como un elástico y el movimiento me trajo al recuerdo el ejercicio de los dedos sobre la plastilina blanda. La furia con la que metíamos las manos en esa masa amorfa, provocaba un tipo de placer algo extraño, una sensación de destrucción incoherente con la edad del momento. Quizá en una parte de nosotros siempre existe un lado oscuro que como una semilla, crece dependiendo de ciertos cuidados, y otras veces; quizá las menos, de cierto azar.

Le hundí los dedos y mientras debajo de mis rodillas el colchón de agua se movía espasmódico, yo pensé, al fin esta tensión se libera, se esfuma como la fugacidad del humo sobre la espaciosidad del aire, se esfuma como lo que queda de la infancia en cada adulto que decide el erotismo o el homicidio, se esfuma como un sueño amable al despertar por la mañana, ya que solemos recordar las pesadillas con mucha más frecuencia que los sueños amables.

La sensación me invadió como un fuego súbito, la piel húmeda por la transpiración que aparecía a través de los poros dilatados de mis manos, de mis brazos y mis piernas. También el sudor de mi frente, que el flequillo largo amortizaba al pegarse por debajo de las cejas.

El sueño había sido así, yo le hundía los dedos al cuello de un gato y el gato maullaba como cualquier condenado a muerte, y yo más le hundía los dedos hasta sentir otra vez esa sensación de la plastilina, ese poder de omnipotencia de un Dios cuando hace desaparecer un cuello y lo pierde sobre sus manos. Pero esta vez no era un sueño, y en vez del cuello de un gato, tenía en mis dedos, el cuello de una morsa de ojos humanos con voz de delfín que no pudo ni gritar, o como se llame el sonido que emiten las morsas que sea equivalente al maullido del gato.

Apreté los dedos con la seguridad absoluta de quien sabe que gana, y la tensión se liberó, se fue, se fue con lo que quedaba de mi infancia después de reemplazar aquel gato de la pesadilla por una morsa de ojos humanos y voz de delfín.

KEKI

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS