Pasa el tiempo… Cada día más pesado que el anterior, autoflagelando por el pensamiento aprisionada de inseguridad, una guerra entre seguir de pie luchando o caer rendida, donde el persistir comienza a cuestionarse si tiene gran valor, si vale la pena tantas heridas y tanto llanto, hundir la cabeza en las rodillas e implorar que todo termine ya.

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