Y cómo no quedar perpleja y muda ante tal belleza si solo puedo contemplar y admirar sin pronunciar una sola palabra, con un huracán en mi cabeza sin entender que me pasa. En mi defensa solo me queda tratar de tartamudear e intentar actuar normal, aun sigo sin entender cómo es que no se da cuenta de todo este caos que causa en mi mente con solo sonreír.

Y es que es su belleza la dueña del caos que en mi estremece cada poro de mi ser, y es el silencio de lo contemplado, el disimulo de un amor que solo crece y crece, que roba de mi los más viles pensamientos pero también los más sublimes, por eso grito en silencio y susurro despacio, que aunque te vea a lo lejos tan cerca de mi, y te toque con una mirada al tiempo que distante estás de mi cuerpo, que te digo te amo aunque no seas para mí.

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