Amor clandestino

Era bella, apasionada y joven si se le podía decir a sus 30 años edad,” me comí al mundo” solía contarnos, pero jamás se atrevió a decir que no podía amar y amarse asimismo. Qué edad suficiente para ganarse experiencias pero sabemos que estas no suelen ser únicas y siempre están presente.

Estaba a sus 15 años en el colegio, una adolescente o preferentemente una niña que estaba a punto de desarrollar su espiritualidad, encaminada por amores e influencias subjetivas, charlas de aquí y de allá de chicos y chicas enamorados y padres envueltos en una capa de antigüedad. Amistades de conflictos y de engaños que acompañaban a la niña en el recreo, nunca charlaron sobre la sexualidad y el amor propio, los maestros fruncían el ceño para ignorar la adolescencia moderna.

Maquillaje frio, labial rojo y pelo alisado, ignoraba el hecho de tener que ir despeinada al colegio, niña preocupada por su estilo para encontrar el amor. Llega 21 de septiembre, expresión de florecimiento, colores de un lado y del otro, fiestas de la juventud y del día del estudiante que subyacía las hormonas de la adolescencia pero se imponía a la presencia de padres estrictos. Jóvenes enloquecidos por ir a bailar, beso con un uno y amor con otro al compás de las melodías modernas del reggaetón.

Días antes se preparaba para su elección de vestimenta, autoestima en juego y mente en el suelo mientras que sus ojos flechaban a un amor. Piel erizada y pensamientos remotos la invadían, sabía que no podía tener un amor de adolescencia por la presencia de lo antiguo. Lo pensó una y mil veces mientras que una mirada la sonrojaba, homofobia y sexualidad pisotean al mundo como un meteorito, amor que no podía amar pero tampoco sabía que sentía. La clandestinidad se volvió un concepto permanente en su mente que fijo se quedó.

A su edad los pensamientos crecían, sabía que el género no solo eran dos, que el amor está en todas partes como lo está en la fila para la vacuna, en el súper, en la plaza y en todos lados, que en una marcha se logran esperanzas y que en un levantamiento de voz se consiguen miradas colectivas. El estilo se convirtió en uno mismo, espejo constante para aclarar la belleza, una ojera significaba el fin del mundo y preocupada por el amor ajeno pero no de ella misma se encontraba. 

La adolescencia flechada estaba en la primavera porque es cuando todo renace de las frías estaciones, pero sabía que no podía amar hasta convertirse en mayor. Amaba en secreto y en fuga se escapó, la escuela era el mejor camino para verse pero en donde las calificaciones se entristecían pues un 10 en el amor y un 1 en matemáticas. Tras la tormenta el dulce se acabó, un llamado determinó la suerte, no más de la mano en el banco y no más llantos de tortura, presa en la habitación se quedó hasta comprender que la libertad no le pertenece.

Un salto en la ventana, una salida fugitiva y un amor en la heladería, a que medidas amaba pero sin pensar en su vida. Un pequeño error no cambia tu suerte o tal vez si…. Piénsalo muy bien. Huía cada vez que podía, una pequeña mentira soltaba hasta que en su cuarto pensaba, estoy amando en lo clandestino como si amar fuera un pecado, como si cambiar fuera una tortura y como si vivir fuera mi fin. La adrenalina siempre estaba en sus venas, ¿si amar es esto cómo es amor propio? No se sentía bien mintiendo, como seguramente aquellas personas que aman sin cesar a un mismo género, salir del ropero no solo implicaba descubrirse y demostrar que son diferentes, salir del ropero era afrontar esa realidad, pues no estaba cometiendo un pecado al amar a sus 15 años.

Pasaron meses hasta que llegó el invierno, decidió alejarse de los amores y a sus 30 años no puede amar y amarse sola, su corazón no volvió a funcionar de la misma forma, permiso para querer pide, de una relación tras otra sale, no se conforma con nada y siempre mínima se siente. El amor clandestino lo siente a pesar que sus padres le preguntan ´¿Por qué pareja no tiene? Pues sabe que miedo de amar tiene cuando una relación a medias en conflictos termina, a su adolescencia no se descubrió y hoy tapada sigue, amor a la deriva y a las escondidas no encontrará pero miedo a lo nuevo vivirá.

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