El sol se vistió de dorado y alumbró su magnífica silueta, mi existencia percibió el placer de contemplar a un hermoso y único ser. Soñadora, escribí una poesía para él. Relaté sobre sus peculiares ojos chocolate como el mismísimo café. Hechizaron cada parte de mi cuerpo. Es un tesoro que no ha sido descubierto y suspiro cada luna poder encontrarlo fuera de mis sueños. Sus exquisitas palabras danzan con el viento, incluso parecen canciones del cielo. Él se encuentra fuera de lo cotidiano. El amor es más fuerte que el tiempo y a veces hasta de la propia vida…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS