Las personas siempre absorben las fortalezas y esperanzas que me acompañan, ¿Por qué un simple «Hola»termina en algo incómodo? Son como un agujero negro que se encarga de tomar aquello que no les pertenecen y que con el pasar de los años todo se debilita.
Camino por las calles todos los días y cruzó almas en pena y en felicidad, pero cómo saberlo yo que se sienten así. Con una mirada sabemos percibir ese cúmulo de emociones, así como pararse frente de un hospital y observar personalidades que entran y salen, sonrisas de un niño en camino o de la salvación de algo inesperado, tristezas de un fin y tristezas de un comienzo.
A veces tomamos algo que no nos pertenece y el intento en devolverlo esta y otras no, como también al robar esa ilusión que se hacía próximo o que inspiraba a llegar y al destruirlo aparece la felicidad para aquellos malvados sin piedad o tristezas porque la intención no era romper ese parámetro. A lo que voy es que las opiniones destruyen, las personas absorben un mínimo grano de felicidad cuyo estímulo no les pertenece y levantar esa barrera resulta difícil o ya no pertenecemos junto a esa persona.
Saber elegir con quién estar no es fácil, pues no podemos estar dispuestos a observar todo el tiempo y registrar la ansiedad o desesperación para construir aquel elemento que nos falta o que será mejor para nosotros. Tal vez, cansados nos encontramos, arrojarse en el oscuro y ver una película está bien que poco a poco se siente propio para toda la vida, pero sabemos que en algún momento debemos salir de ahí, por ello prepararse a las desilusiones resulta bien por el hecho de que ya no tenemos que esperar del otro o que tome mis sentimientos propios, pues doy lo que me brindaron y recibiré si tan solo yo lo acepto. En el presente seré tan igualitario que el otro sea conmigo, sin robar de mí y sin robar del otro.
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