Todo lo que es
olvidarse
de una voz
que ya no tiene garganta.
Sostengo a una rosa en la espalda
que me engaña
porque atraviesa la espina
y me arde
ciento once lunares
sangrando
me arden.
Es cuando empiezo a acordarme de los ojos
y busco el sonido
que por un vena pasa
un líquido color arco iris
con sabor
a cloaca
y me hago
bicho bolita
que con la lengua
mama su pezón
frente a un espejo roto
y desnuda dos dedos de algodón
con los que acaricia a los ovarios
porque la espina los pincha
y sangran
y me arde.
Qué sed toda esta sangre
me sirvo
en vaso de plástico
me bebo sabor óxido
me mantengo en posición fetal
porque querer dejar algo vivo
sin ponerle voz
es como limpiar un vidrio
mientras se quema una casa.
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