Viajerito de la luz, viajero del campo. Relinchas en tu caballo de mañanita y de tarde. Cuando la noche se asoma esperas en llamas.
Riachuelo querido, apagame que me quemo. Penao en la soledad como pájaro sin vuelo.
Teresita de los montes guíame en el camino que me quedé sin rumbo por culpa de aquel misterio.
Viajero peregrinao sigue sin duda, que la penumbra muy lejos está. Valentía manejas como fantasma sin pena.
Y aunque me duela el alma en vano fue quererte, me acostumbré a tu piel que sin rumbo voy acompañao de la mala suerte. Monte verde de día y negro de noche, me alejo descuidao como vuelo de ave en primavera.
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