Solo he comenzado por tu boca, pero seguiré avanzando.

Solo he comenzado por tu boca, pero seguiré avanzando.

Kristel

02/08/2021

Como frazada entre nuestras miradas yacía la noche de antier, no esperes nada de las estrellas y vuélveme a mirar, su luz se apaga con los días, pero yo cada mañana arderé un poco más.

Volveré a tomarte entre mis manos para beber el vino de tus rojos labios, los míos tan opacos como la árida tierra, pero sígueme besando para el color rosado de tu boca tener en los míos. Vuelve a robarme ese beso de la tarde, para ocultar al simple color de una fresa, para dejar a lo lejos lo húmedo del mar.

Y ahí estábamos hablando de cada desvarío de la vida, si nos vimos hacia arriba o nos encontramos por debajo, me tomaste como siempre por la espalda; jugando con tus dedos por mi columna te encuentras, como llanura escondida entre los matorrales de un jardín, vuelan y se estremecen las piedras del río que tu dejaste acaudalado.

Tu brazo izquierdo me sostiene como con fuerza, apresándome contra tu cuerpo, que facilidad la tuya para moverme a tu gusto, me sostienes tan fácil. ¿Será por la costumbre de siempre estar cargando con tu chaleco? Siempre cargas con mucho peso sobre tu espalda y pecho, pero tan terso me sostuviste antier.

Tu brazo derecho solo me incita a no dejarte de frente, y tu te terminas cada vaso de mi boca, no me sueltes…

¡Oh bocca bella! 

y tus dedos comienzan a jugar con la fuente que recibe los sonidos, bromeas y te ríes, sigues consumiendo con tus oídos el camino de esos susurros míos.

Forja tu arma de nuevo, ya no la tendrás entre tu pecho, pero me tienes tan sujeta al tuyo que me contienes entre tus manos como una, cuidado con el gatillo que ya activas por la luna, sigo siendo yo.

Siguen fluyendo tus alas como de águila, y solo he comenzado…

¡Oh bocca bella!

Dejas en claro con tu manita sobre la mía, que pueda explorar lo que ahora me incita a tenerte, solo siento los bordes entre la punta de mis dedos, y nos sigue cobijando los asientos del alma, nos sigue arropando esta luna, con su espalda y su movimiento que no podrías explicar.

Me detengo, y tu te ríes, pero jamás me permites dejar de avanzar, caminando poco a poco, se hincha el retumbante sonido entre estas metálicas paredes… Y a mí que me importan las demás personas, que suene lo que suene, no lo voy a escuchar. Teniendo este oído perfecto solo contigo habré de utilizarlo, que me busque quien sea, ya me secuestras en cuerpo y alma, que importa, bésame más.

No quiero que me dejes, no vueles con tus alas de águila, sigue cubriéndome como hasta ahora, cada día te veo, a ratos. Mañana no escaparás de mis besos, mañana no escaparé de tu cuerpo, que nos cubra la noche de nuevo, la noche… como la noche de antier.

-Kristel.

-Tus manos y corazón tan grandes como alas de águila.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS