Después de mucho tiempo que anduve divagando en oscuridad mi mente solo era un caos de ansiedad.

Mis latidos ya no se empezaban a escuchar. Mi cuerpo solo conocía la fría soledad.

Mis ojos que intentaban abrirse lentamente solo se volvían a serrar.

No sé cuánto tiempo pase siguiendo un rumbo que no me llevaba a ningún lado.

Hasta que mis ojos, una luz comenzó a ver en un rostro angelical y comencé a despertar; entones, logro que mi ser no tuviera ansiedad.

Ya mis latidos un sonido claramente se escuchaba.

Mi cuerpo insistía a tu lado estar. Y por fin mi propia vida quise conquistar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS