Siempre fuiste tan intenso para amarme

Tú fuiste mis primeros poemas, esos primeros borradores que solo tú leíste, que en las madrugadas mientras me veías, escuchándome dormido te quedabas.

Tú fuiste mi primera seguridad, quitaste mi cabello de la frente, aquel 24 de diciembre, mientras me dabas el mayor regalo de la vida, un besito de esquimal.

Tú fuiste mi primer beso, en ese eternal frío, tan pequeños y tan niños, pero con ese amor escondido, con miedo nos dimos ese beso chocando y cruzando nos pies… y así nos caímos, para caer… caer en la sien de cada quien.

Tú fuiste mi primera composición, la última también que tengo hasta ahora, tan inédita que contaba nuestra historia, y tan larga que nadie la puede escuchar.

Tú fuiste mi primer abrazo en llanto, por la perdida que tuve aquella fatídica tarde, la noche cayó sobre nuestros párpados y no pensabas en soltarme aún, ya estábamos con la fragancia del otro, no te olvido.

Tú fuiste mi primera carta, con esa letra que me caracteriza, y con tu tierno amor la besaste, y pintaste mis labios en ella para jamás olvidarme.

Tú eres ese amor insuperable, la idea que jamás termina, la huella que nunca se borra, la voz que nunca se olvida, la piel que siempre se anhela, las manos más fuertes y tersas que no quisiera perder, el primero en formar las arterias de mi corazón.

Tú fuiste ese primer hombre en tocarme, en tocar el corazón mío, por el cual he sufrido y no pude dejarte. Porque estoy en un amarre, en luto por tu partida.

Tú fuiste, eras y eres en mi mente y cabeza.

Déjame amarte como antes otra vez.

-Kristel.

-Fluye como río, como mis ríos.