¡Oh señor! ¿Qué te he hecho yo para que me hicieras escritor? ¿Qué memorias te debo para que me condenes a ser un escribano ladrón? ¡Qué tan lejos debo estar del mundo para poder escribir sobre él! ¿Por qué me hiciste un espectador celoso? ¿Por qué hiciste de mi mente una laguna y de mi corazón un cauce? Siendo honestos ¿por qué un hombre debería escribir sobre otro? que le da la autoridad de rellenar con su “sagaz creatividad” los vacíos argumentales de sus memorias vividas, ¿Por qué me condenaste a ser escritor? ¿Por qué me obligaste a escribir sobre la sociedad que tanto repudio?

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