Primera Parte:

Tu sonrisa de agua


Aquellas palabras ausentes

Dónde el tiempo carece de sí,

Dónde los sin sentidos alumbraba la piel

Aquellos días que no olvidaré…

Vi tu figura resplandecer bajo la lluvia,

El café empañó el cristal unos segundos

Y abrí la ventana para verte mejor,

Tu mirada centinela se perdió con la mía

Y por solos segundos, te respiré eterna.

Golpearon a mi puerta,

Me negué a abrir, te habías ido

Tomaste el 102 pie del cerro

La lluvia mojo mi cara

Regresé a la cama.


Segunda Parte:

La Persecución

Tome el móvil decidido a encontrarte

Experimenté la magia del internet

Con sueños que impregnaron la habitación

El deseo se cumplió.

Salté de alegría al ver tu fotografía,

Pisé la cola de Mozart y me arañó

Golpeé la pared de mi vecino sordo

Y luego todo se nubló.

El cómplice de este loco enamorado

Tuvo el descaro de advertirte sobre mí

Horrorizado por lo que podrías pensar

La culpa y el delito me atraparon,

Volví a ver tu rostro

A lo mejor en otra vida

O por qué no…

Ahora sin disponer de las horas.


Tercera Parte:

La inquisidora

Nadie, absolutamente nadie

Puede penetrar en mis infiernos

Despertar amor o intentar amarme

No merezco tu atención,

Olvídame.

Bórrame de tu mente y sigue tu vida

Así como yo viajando bajo la lluvia

Y no mires a mis ojos que están malditos

Ni preguntes mi nombre detrás de una pantalla

Porque es mejor decirlo cara a cara,

Pero sí ya sabes mi nombre

Te veré en el café de esquina

Con el libro de mi bolsillo

Solo 30 minutos nada más,

Que el tiempo es oro y mi vida demasiada corta,

Te espero, no llegues tarde.

Cuarta Parte:

Café Irlandés

Nunca es tarde para el amor le dije

El amor no existe dijo ella

Una sonrisa escurridiza y unas llaves en la mesa

Todo está en tu cabeza.

Es un libro extenso, es un arte llamado vida

Un instante eterno y un resplandor;

Son latidos encontrados, un oasis y una flor

Almas errantes fragmentadas

Y una historia que solo desgarra.

Si no lo tomas se enfría

Así como las decisiones sin pensar

A veces aciertas sin necesidad de tregua

Y si no respiras te mueres,

El amor quema y congela la piel

Es como la electrización por inducción

Extraños nada más.

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