«No me gustas tanto»

Eso fue lo que te dije, no mentí. No me gustas, estoy enamorada de ti.

No tienes porque intentar aliviar mi pena, yo se que ahora le perteneces a alguien más. Y sabes, me inunda la alegría al verte brillar.

Alegría y pena.

¿Qué se supone que hacen esas dos palabras juntas en una oración que habla de ti?

Pero el amor es eso, ¿no?.

Buscar la felicidad del ser amado, aunque esta no me incluya. Sólo soy una espectadora que te mira desde una esquina llena de esperanzas que se esparcen y desaparecen con los días. Y que regresan cada que me miras con esa maldita sonrisa.

Mi amor, me he aferrado tanto a verte bailar que me he olvidado de los pasos con los que quería impresionarte. Y ella, ella baila sin música, baila bajo la lluvia de tu piel. Y tú la miras y encuentras todo lo que yo jamás seré.

Me voy, pero estaré contigo en cada herida nueva sobre tu piel. En cada noche donde no haya estrellas, ni este esta loca para escuchar el dolor que has guardado durante el día. En cada paso peatonal que tu mano este en soledad. En cada recuerdo estúpido que no reciba una sonrisa tonta de vuelta.

En cada «te amo» que no te reviente el puto corazón de amor.

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