Las llamadas enfermedades de inicios de siglo, una alerta para todos.

Las llamadas enfermedades de inicios de siglo, una alerta para todos.

Eduardo Hidalgo

24/06/2021

Introducción.

En la época que vivimos, se ha hecho normal ver personas apuradas, violentas, mal humoradas, a esto hay que sumarle los efectos propios de la pandemia existente; se evidencia con frecuencia episodios de angustia, desazón y desorientación, que desembocan en problemas sociales, desmedro de la salud y cuentas altas en clínicas y hospitales.

Se observa con frecuencia, manifestaciones que alteran considerablemente el normal desarrollo de las personas, fenómenos que no fueron severamente advertidas en épocas anteriores, el mismo uso de mascarillas, constante uso de alcohol etílico, el obligatorio distanciamiento social y el encierro, han obligado a limitar la sociabilidad en todo el mundo, lo que ha potenciado la ansiedad, la depresión y el estrés, por estas razones se les ha llamado “las enfermedades de inicio de siglo”.

La sociedad se comporta de una forma muy dinámica, esto puede ser por el permanentemente cambio que vive el ser humano, estamos en un momento donde los recursos se ven escasos frente a las múltiples necesidades del conglomerado, se ha generalizado la pérdida de fuentes de trabajo, lo que desemboca en una constante competencia.

Esta forma de vivir, ha hecho que las personas se cuiden más, consciente o inconscientemente de las demás personas, se preocupen más de las cosas que hacen y sobre protejan los recursos que alcanzan; el apuro en que se vive genera un ambiente de inseguridad que paulatinamente disminuye el sistema inmunológico y nos hace vulnerables a las enfermedades antes mencionadas, implica cambios negativos en la salud y por ende un arduo desgaste para tratar de evitarlas.

Por la naturaleza de este artículo, es importante aclarar que se trata de una investigación bibliográfica, en la cual se recolectó y se analizó información de prestigiosos centros de salud, expuesta en forma resumida y en lenguaje coloquial, con el fin de alertar a las personas que lo lean, sobre los males que pueden causar estas enfermedades, incluso en la etapa post pandemia. Pero también se trata de trasmitir recomendaciones que ayuden a mejorar la saludad de modo general que, si logramos hacerlas hábitos en nuestras vidas, nos ayudarán a mejorar nuestra salud, nuestra conducta y reducirán nuestros gastos médicos.

A continuación, veremos en que consiste cada una de estas enfermedades:

La Ansiedad.

Se trata de un trastorno emocional que causa incomodidad permanente y se caracteriza por la sensación de que algo se hizo mal o que algo puede salir mal, otras veces se tiene la sensación de que le están persiguiendo.

“Para diagnosticar los doctores por lo general utilizan los criterios indicados en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría)”.

Se presenta a través de un nivel de miedo superior al normal de cada individuo. También puede elevar las palpitaciones, sudoración, diarrea o todo junto; esto podría llevar a que una persona evite hacer algo o a su vez deje de hacerlo a pesar de estar consciente que hay algo que no funciona bien en su organismo; cuando alguien se siente mal, no es muy frecuente que visite al médico, esto puede ser por temor o por economía, aunque es lo primero que se debería hacer; si este estado se torna recurrente, según los entendidos en la materia, para curarse, ya que esto es catalogado como una enfermedad, existen tres tipos de tratamientos: uno sicológico, otro farmacológico y un tercero combinado, claro que dependerá mucho del paciente si quiere mejorar.

La depresión.

Es otra de las enfermedades llamadas de inicios de siglo, se muestra como un trastorno de la afectividad, “se la ha clasificado en dos grupos, la depresión endógena que se caracteriza por una tristeza que perdura en el tiempo sin causa aparente y de forma desproporcionada, dejando a la persona sin capacidad de tener sentimientos favorables en su vida, también se puede presentar con síntomas físicos como la anorexia, el insomnio con el despertar prematuro, con ideas negativas de toda clase. El otro grupo muestra cuadros depresivos agudos; este grupo a pesar de mostrar más severidad se presenta en menor proporción, y para tratarlo es necesario estímulos eléctricos o magnéticos” (CLINICA INIVERSIDAD DE NAVARRA, 2013).

El estrés.

Es una respuesta natural de la fisiología humana frente a situaciones de gran tensión o peligro, pone a las personas en mayor alerta de lo que debería, sus efectos pueden producir alteraciones en el funcionamiento del corazón, acelerando la frecuencia cardiaca, la respiración, dilata las pupilas, origina problemas sexuales, altera la digestión y acelera el metabolismo del hígado, como respuestas propias de una situación de riesgo, esto se agudiza cuando el efecto se prolonga, entonces las defensas propias de cada organismos van disminuyendo o se acaban, lo que nos vuelve más vulnerables ante cualquier infección o enfermedad, generando dolores de cabeza, alteraciones digestivas, y aumento de la irritabilidad.

“El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, se vuelve destructivo y puede dañar la salud” (MEDLINEPLUS, 2021).

Recomendaciones generales para evitarlas:

Cuando alguien tenga sintomatología anómala física o mental, reitero lo más aconsejable siempre será acudir donde un médico, quien establecerá si se requiere un tratamiento médico o sicológico, o algo de los dos para detener o eliminar estas enfermedades.

Pero también existen actividades que son de mucha ayuda, y si las hiciéramos habitualmente, nos ayudarían a tener una mejor calidad de vida, además nos evitará gastar en forma excesiva en doctores y medicamentos.

Estas actividades son las siguientes:

Permanecer activo físicamente. Desarrolla una rutina para estar activo físicamente la mayoría de los días de la semana. El ejercicio es una herramienta muy potente para reducir el estrés. Puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a estar saludable. Comienza despacio y aumenta gradualmente la cantidad y la intensidad de tus actividades.

Que dormir sea una prioridad. Haz lo que puedas para asegurarte de que estés durmiendo lo suficiente como para estar descansado. Si no estás durmiendo bien, consulta con tu médico.

Usa técnicas de relajación. Las técnicas de visualización, la meditación y el yoga son ejemplos de técnicas de relajación que pueden aliviar la ansiedad.

Come de manera saludable. Comer sano, concentrándote en vegetales, frutas, cereales integrales y pescado, puede estar relacionado con menor ansiedad; sin embargo, se necesita más investigación o visitar un nutriólogo.

Evita el alcohol y las drogas recreativas. Estas sustancias pueden empeorar la ansiedad.

Deja de fumar y limita el consumo de alcohol. Tanto la nicotina como el alcohol empeoran la ansiedad y por ende la salud (MAYO CLINIC, 2017).

Además, no hay que olvidarse, mientras continúe la pandemia y no se alcance la inmunidad de rebaño, se debe continuar manteniendo las medidas de bio seguridad.

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