El dolor de una herida que nunca sana

Los mejores momentos son cuando el corazón late exageradamente hasta el punto en el que este quiera salir y cuando una lagrima recorre nuestras mejillas, pálidas de tanto llorar por esos pequeños momentos que nos vuelven humanos con solo sentir que no somos nada.

Ya es tarde para valorarte pues tu cuerpo se volvió polvo y mi corazón una tormenta infernal que no puede creer que aún no estas a mi lado , ahora realmente entiendo el dolor de una herida que nunca sana aunque intento curarla siempre va estar abierta por que tu amor siempre fue infinito , estoy triste pero estas emociones están atrapadas dentro de mi piel que se eriza cada vez que recuerdo que no estarás al otro lado de la puerta con esa mirada de ternura e inocente.