Ella bailaba
y las sombras de mi casa
se hacían a un lado,
dejándome entrar.
Alguna vez
le compartí mis silencios
y escuchó, atenta,
para volver a bailar
y encender la luz.
Ella bailaba
y las sombras de mi casa
se hacían a un lado,
dejándome entrar.
Alguna vez
le compartí mis silencios
y escuchó, atenta,
para volver a bailar
y encender la luz.
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