Adira – Capítulo 28 –

Adira – Capítulo 28 –

Sand A Alvarez

31/05/2021

ADIRA 

Era la última noche antes de la batalla.

Me recosté en el centro de la cama para disfrutar la suavidad de las sabanas de seda.

Escuchaba como caía el agua sobre la piel de Bea mientras se duchaba y yo esperaba impaciente a que saliera.

«Esta podría ser nuestra última noche juntas...» Pensé

En unas horas Kyle marcharía rumbo a la mansión de Emilia y nuestro destino era incierto.

Las visiones de Karla no solo nos habían ayudado a saber la magnitud del ejército de Kyle, sino también la hora en la que planeaba atacar.
Gracias a Emilia y Nikolai, teníamos a más guerreros de nuestro lado. Resultó que a muy pocos inmortales les agradaba la idea de tener a Kyle como rey. Era inestable, peligroso y su idea de que el mundo fuese manejado por inmortales era perturbante, sobre todo teniéndolo a él como rey.

Mi hermano realmente subestimaba a los humanos, unos cientos inmortales jamás sobrevivirían una guerra en contra de billones. Incluso si intentáramos convertirlos para incrementar nuestro ejército, muy pocos de ellos sobrevivirían.                     

Aun así, nos llevaría décadas igualar su ejército y tecnología.

No teníamos más remedio que permanecer en secreto.

Intenté deshacerme de mis pensamientos, solo teníamos que ganar  y nuestro ejército ahora era más grande que el de Kyle.

Escuché que Bea cerró la llave del agua. Me enfoqué en la idea de verla desnuda y mojada. Las gotas de agua cayendo por su cuerpo, el vapor en su piel.

Sin embargo, cuando salió del baño se veía algo preocupada, caminó hacía la cama y se sentó de espaldas a mí.

«Debe estar preocupada por la batalla de mañana» Pensé.

Me acerqué a ella con una sonrisa en mi rostro.

«Quizás solo deba distraerla«

BEA

Quería que Adira me convirtiera en vampiro y
pertenecer al mundo inmortal, no solo para pasar el resto de los tiempos con ella, pero también para poder ayudar.

Quería pelear por el futuro que tanto deseaba, pararme al lado de las personas que amaba y luchar con ellos.

Quería poder protegerlos.

«Como se lo digo a Adira?«

Tomé un respiro intentando encontrar las palabras correctas y giré hacía ella, dispuesta a hacer la pregunta que cambiaría el resto de mi existencia.

-«Adira, quería…» 

Y Adira me besó.

Su lengua humedeció mis labios, me recostó sobre la cama y mi mente se nubló, todas las palabras que había formado en mi cabeza fueron borradas.
Lo único que podía pensar era en lo bien que se sentía su cuerpo sobre el mío, arrancó mi toalla y la aventó por un lado dejándome completamente desnuda. 

Sus manos exploraban todo mi cuerpo, me llenaba de placer sentir como su mano se deslizaba por mi vientre.
Adira llevo sus labios a mi cuello, sentí sus colmillos estirándome la piel y mis ojos se agrandaron.
Mordió y gemí al sentir nuevamente esa sensación de euforia corriendo por mi sangre como una droga.

Me sentí extasiada de placer.

Nunca había tenido un orgasmo por estimulación en el cuello ni siquiera creí que eso fuera posible.

Adira sacó sus colmillos, sus ojos brillaban y parecía que lo disfrutaba tanto como yo, pero antes de que la excitación del momento pudiese llevarnos a algo más, intenté retomar el tema y el corazón me empezó a latir aún más fuerte.

Adira se detuvo.

-«Tu corazón late muy fuerte, que sucede?» Preguntó Adira.

-«Quiero pedirte algo» Comencé.

Adira permaneció callada, esperando a que continuara.

-«Quiero que me conviertas…» Dije sin poder terminar la frase y sostuve la respiración.

Su respuesta fue rápida, corta y rompió todas mis esperanzas.

-«No»

-«Pero por qué no?»

-«Es demasiado peligroso» Contestó Adira.

-«Demasiado peligroso? Kyle esta a punto de venir aquí con un ejército de inmortales para matarnos a todos y tú consideras que convertirme en vampiro es demasiado peligroso?»

-«Creo que no lo entiendes Bea.» Dijo Adira mientras se sentaba frente a mí.
-«Convertir a un humano no es fácil. El dolor es insoportable, es como si estuvieras muriendo una y otra vez y las posibilidades de que sobrevivas son muy pocas.» Adira pauso. Parecía estar en busca de las palabras correctas. -«Tienes más probabilidades de morir mientras te convierto, que de morir por el ataque de algún inmortal»

«Acaso las probabilidades de vivir eran tan bajas?»

Inevitablemente, sus palabras me pusieron algo nerviosa, pero no podía desistir ahora.

-«Pero quiero ayudar, quiero estar contigo siempre…» Insistí.

La expresión de Adira cambió instantáneamente. Pero parecía que no cambiaría de opinión.

-«Es demasiado peligroso amor» Dijo mientras acariciaba mi mano.

-«Así que cuál es el plan entonces?» Pregunté.
Noté que mi voz ahora era más fuerte y sentí que mis emociones me estaban llevando a un punto de histeria. -«Jugarás conmigo un par de años, me dejarás cuando sea vieja y te irás a buscar a otra más joven para cogerte!?»

-«Aún eres joven Bea. Quizá sea algo que quieres ahora, pero podrías cambiar de opinión en cinco años, talvez diez, ya no tendrías vuelta atrás … Y no quisiera perderte tan pronto»

Sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas. Ella no lograba entender que quizás no tendríamos más tiempo.
Me dolía aún más, sentir que ella dudaba de mi compromiso hacía ella. 

Que creyera que mi plan era pasar solo un par de años a su lado.

-«Convertiste a Janelle» Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiese evitarlo y me arrepentí casi de inmediato.

Adira se veía sorprendida y lastimada a la vez, pero aún así, no cambió de opinión.

Me levanté, me puse la bata de baño y salí del cuarto.
Las lágrimas nublaban mi visión.

Caminé por los pasillos sin saber realmente a donde ir. Solo sabía que quería alejarme de Adira, no quería que ella conociera esa versión de mí.

Finalmente me senté al final de un pasillo, sentía que me quedaba sin aire. Cerré los ojos y respiré profundo intentando recuperar la compostura.

-«Bea?»

Volteé a ver la figura que ahora se encontraba parada frente a mí, era Victoria.

-«Que sucede?» Preguntó mientras se sentaba a mi lado.

De repente una idea pasó por mi cabeza, inmediatamente me sentí culpable.

La simple idea me hacía sentir avergonzada.

Esto era como ser infiel.
Sentía que estaba traicionando a Adira.

«Pero acaso tengo otra opción?» Pensé.

-«Victoria…» Comencé

-«Necesito pedirte un favor…»

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS