renacer y morir siendo cenizas

2:00 am

    Para mi corazón rojo que parece volar elástico entre este gran eco rojo, imploro  escuche aquel mensaje cada día más y más para que cada palabra sea un tatuaje en él hasta nuestro encuentro.

        Cuando las mariposas inundan mis ojos, soy consciente de todo, inclusive de nada, soy capaz de entender todo referente al entender la nada, porque conozco ese museo, he vivido cada parte de el y cada agua salpicada de su lienzo lo reconozco como propio.

        Y si, antes era el rey de mil máscaras, cada una vive como cenizas en el retrato al lado del bello recuerdo escarlata que me persigue con la mirada, cuando unos de mis recuerdos renace de esos que más brillan por ser puros, en inocencia y en franqueza, ellos ven los cuadros tapados con madera danzando torpes como si fuesen vendados en una señal de seguir con vida, son solo esos pequeños trazos de lienzo rojo que han guiado a entender el significado de la nada y el todo, se cada acción que el dragón creado por lo más puro que las cenizas dejaron, sea vuelto tan directo que al rugir, si no fuera por la llama que lo arrulla, en el firmamento, si no fuera por ella quien supo el inicio de este desprolijo arte, dudaría si de reconocer la dulzura del museo podría, incluso las balbuceadas más vagas de este, incluso las cosas que marchitan las mariposas de mi conciencia, solo serían sombras de un cuerpo nulo y frio tal roca.

      He dudado más que la masa más grande del cosmos y me estado matando mi vida por cada centímetro infinito de mi cabello, incluso de nacer, he vivido, de llorar he muerto y de correr, me he quedado sin aliento, estático tal estatua, puesto que ante todo, debo admitir que por cada 6000 voces maniáticas que gritan por mensajes a mi cabeza son las que más han traído dagas a ella, han sido como ángeles que sedientos de su misma sangre buscan la mía, como si el reparo de sus palabras estuviera aquí.

        Por eso y mucho más te pido y ruego corazón infantil y ansioso, ruega por seguir vivo, por lo que vas a hacer porque a mi ya no me quedan rastros, ni pasos, ni viento para seguir con el camino, porque sí, nuestro camino es infinito pero si no te dejo crecer entonces vivirás atorado en el mismo cuadro de cenizas por siempre y las maderas jamás caerán en busca de tu refugio y volveremos a ser polvo como si no hubiéramos sido nada cuando éramos todo.

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