La Retórica Siempre Presente

La Retórica Siempre Presente

Nachelly Ríos

18/05/2021

Al estadounidense Charles Holland Duell se le atribuye un mito. Se dice que por allá en 1900, el abogado especialista en patentes mencionó que: “todo lo que podía haber sido inventado, había sido inventando”. Sin embargo, luego de muchos años e investigaciones se brindó la hipótesis de que Mister Duell, nunca pronunció esas palabras, sino que fueron extraídas de una obra literaria. De hecho, se menciona que Duell dijo en 1902: “En mi opinión, todos los avances anteriores en las diversas líneas de invención parecerán totalmente insignificantes, si se los compara con los que presenciará el presente siglo. Casi deseo poder volver a vivir mi vida para ver las maravillas que están en el umbral”.

Año tras año, somos testigos de como todo evoluciona a ritmos realmente acelerados. La medicina, la educación y la tecnología en general han aportado nuevos inventos a todas las áreas del conocimiento, ya sean científicas, humanísticas, sociales o artísticas. Dentro de todas esas áreas, existe una disciplina que también ha evolucionado considerablemente, pero a los ojos de la mayoría de las personas ha pasado desapercibida. Se trata de la retórica.

Todo evoluciona, también era de esperarse que lo hiciera la retórica. Luego de más de 2,500 años, está más presente que nunca, aunque muchos lo ignoren, ya que relacionan el término a los históricos filósofos griegos y romanos. Pero, solo hay que salir de casa y leer los múltiples recursos retóricos presentes en las vallas publicitarias, en la radio que escuchamos de camino al trabajo, en los noticieros en la televisión, al encender el computador para utilizar alguna aplicación, o al iniciar sesión en alguna red social, para darnos cuenta de que la retórica sigue allí.

En un principio, de pequeños, la retórica nos abraza de forma inocente e inconsciente. Empezamos a escuchar historias y cuentos, donde predominan y triunfan los personajes bondadosos y virtuosos ante los malvados y egoístas. Todo ello porta un mensaje, que regularmente resalta los valores morales; valores que debemos perseguir durante nuestra existencia con el objetivo de ser vistos por la sociedad como personas de bien.

Empezamos nuestros «pininos» literarios apoyados por nuestros padres y educadores, regularmente a través de cuentos e historias cortas. Sin embargo, un fenómeno ha irrumpido con notoriedad durante estas últimas décadas, se trata de la literatura presentada a través de las pantallas de los móviles, tabletas digitales y computadores. Cada vez es más común ver adultos e incluso niños utilizar los recursos tecnológicos para descargar de forma instantánea diversos tipos de literatura, aunque muchos, como en mi caso se encanten aún por el olor y la textura de un libro, hay que aceptar las estadísticas manejadas por los expertos en cuanto a descargas de libros en formato digital.

Y es que la tecnología tiene características que atraen a los más pequeños, aunque diversos estudios demuestren que es contraproducente que los infantes utilicen esos dispositivos, la fascinación de los niños ante los aparatos tecnológicos es innegable y su manejo parece algo habitual y cotidiano, algo que difiere de algunos adultos.

Es preciso traer a colación, las exorbitantes cifras que facturan los influencers, youtubers y artistas en ciertas redes sociales; redes y plataformas que se han convertido en lucrativos medios de mercadeo, donde la retórica, aunque no se reconozca, juega un papel fundamental.

Es irrefutable que muchos cambios nos esperan, y es aún más innegable que muchos de esos cambios vendrán acompañados de la tecnología y la retórica, aunque a esta última no se le posicione en el lugar que merece. Yo, al igual que el señor Duell, espero ver algunas de las maravillas que están en el umbral, sobre todo aquellas que nos ayuden a evolucionar como sociedad, a ser más críticos, más analíticos, pero sobre todo, más humanos.

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