Mi niñez en Comodoro Rivadavia

Mi niñez en Comodoro Rivadavia

Ganaras el salario con el sudor de tu frente que tiene más valor que un subsidioGracias a todos los que se involucraron con parte de mi historia personal, perdón si algunos nombres se me borran de la mente, pero mi relato es tal cual lo vivo en el recuerdo, que entre paréntesis, algunas lagrimas rodaron por las mejillas ante los emotivos comentarios de los coterráneos y contemporáneos, tratare de seguir.-Con los diarios bajo el brazo a venderlos; no era fácil, la competencia mucha y como dice el refrán “el buey lerdo toma el agua turbia”, “subir” a la San Martin en el centro se complicaba los muchachos que tenían las paradas en las esquinas no te dejaban vender y no lo hacían de buenos modos, por lo tanto, agarrar la Rivadavia para la loma y de tanto en tanto alguien te llamaba para comprarlo, recuerdo que un día estaba lloviendo como solía ocurrir en Comodoro, yo mojado literalmente hasta los huesos, se me ocurre entrar en un café al paso, de la calle Alvear a media cuadra de la Rivadavia, serian las 7 de la mañana, en aquellos tiempos los negocios tenían un sistema que al abrir la puerta, sonaba el timbre y alertaba a los dueños; cuando puse mi mano derecha sobre la manija de la puerta que era metálica, me agarro la corriente…. Hasta hoy recuerdo el sacudón.. no sé cuanto paso, seguramente segundos, pero se me desparramaron los diarios, me orine encima hasta que cortaron la luz y zafé… gracias a Dios no paso a mayores, el dueño me reto… me dio una taza de café con leche y me compro los 15 diarios que me quedaban… que julepe..Cosas que pasan, alguien comentaba que su padre le compro todos los diarios al canillita porque llovía y estaba todo mojado, los fines de semana la “pichincha” como decíamos en aquel tiempo era vender diarios en el “Quilombo” (espero que nadie me demande por ese término, pero así se le conocía al lugar donde las prostitutas atendían a los necesitados) a la altura de San Martin al 900, quien esto relata, un muchacho bien parecido a lastima (10 años, quizás 40 kilos, un metro treinta de estatura, morocho tirando a “mate cocido con vino” como algunos me decían) cuando “la cana” se descuidadaba entraba al “NayClub” que estaba en la esquina de ese centro y las chicas al verme, se compadecían, me alzaban sobre sus rodillas y les obligaban a sus clientes a comprarme los diarios con el compromiso que después me fuera a dormir, obviamente, volvía al centro a comprar más diarios y se repetía la acción en dos o tres lugares más, toda una alegría volver con el bolsillo lleno de monedas y darle al ojo por un rato.-A la tarde del sábado, después de las 5 con el cajón de lustrar, nuevamente para el centro, lustraba hasta las ocho y de vuelta a la casa, creo que en esos días, juntaba más o menos uno 50 pesos entre diarios y lustradas, todo sumaba para la casa.-Hoy, o mejor dicho después de los 80 se instalo la idea que los menores no debían trabajar, que solo tenían que estudiar y jugar.. en casa vivíamos: Mis Padres, la abuela, dos tías de 15 y 17 años, un primo de 20 y once hermanos, de los cuales cuatro eran chicas, el único sueldo fijo del viejo que trabajaba en Y.P.F el primo en una panadería y no entraba mas plata, por lo tanto yo que podía, debía ayudar y lo hice con gusto, de tal manera que volvería a repetirlo, en casa teníamos una quinta con verduras, Cebollas, Papas, Zanahorias, Zapallos, Lechuga, Rabanitos, Cilantro, Perejil y árboles frutales, extraño? El terreno media 50 por 25 metros, el agua la juntábamos en la canilla de la esquina y llenábamos tambores, bañarnos? A lo polaco, pata bola y sobaco, por lo que de lunes a viernes, a las cinco de la tarde a vender llevando en bolsas de arpillera, el cilantro y perejil por los barrios cerca de casa y se juntaban otros manguitos, muy lindos tiempos, mas adelante les contare sobre como teníamos que hacer producir la quinta….Mi niñez en Comodoro RivadaviaEsteban Carrasco

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS