No sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero.

No se si quiero una casa grande donde vivir cuando sea viejo, pero sé que no quiero perderme de mi juventud por tener que pagarla mientras ese momento llega. 

No sé si quiero tener el mejor cuerpo que atrae miradas y consigue cumplidos, pero sé que no quiero desarrollar una mala relación con mi cuerpo para poder lograrlo. 

No sé si quiero tener la mejor relación con los demás porque aparentemente eso es importante pero sé que no la quiero tener si será a base de callar mis verdaderos pensamientos, gustos y prioridades.

No sé si quiero el trabajo mejor pagado del mundo, pero sé que no quiero perder mi salud mental por algo tan común como el dinero. 

Entre tantas cosas que no sé si quiero, por lo menos tengo claras las que no. Y no son negociables.