Que inviable se siente la vida últimamente, se devalúa el dolar y se devalúan las ganas de intentar. Paradójicamente no tengo dólares y tampoco ganas.
Cualidad particular tiene el ser humano de escupir lo que nunca creyó y creer en lo que nunca pasó. Cualidad particular tiene esta pandemia que tiene la habilidad de resaltar todo eso que recubre la alfombra vieja de casa.
Hoy la angustia es el marketing de Google y la ansiedad vislumbra con su mejor post en Instagram, un ciclo auténtico de una sociedad que le encanta autodiagnosticarse.
Somos acumuladores compulsivos de “noes” que nos quitan todo aquello que creíamos tener y tal vez de lo que creíamos ser, quizás sea porque vivimos en la era del imperativo, donde resucitamos egos y atrofiamos personalidades muy cómodamente desde el living de nuestras casas.
Son tiempos muertos en los que resta, quizás, pensar el porqué de las cosas.
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