EL MISMO DIABLO
(Una historia real que me conto en mi infancia mi abuela)
Me regrese a Cofradia, por que ya estaba cansado de andar huyendo por el monte sin descanso como animal, los soldados me venian siguiendo, no me dejaban descansar, y yo venia como un zorro, sigzageando, agazapado, caminando solo de noche, por las angostas veredas llenas de huizaches, por esas que nadie quiere caminar, – ahi venia yo, con pasos livianitos de esos que ni ruido hacen al caminar, y ocultandome en cada sombra de la noche, que querian que hiciera si ayer ya casi me atrapan en ayotitlan, ahi si me asuste mucho, pues todavia no queria morirme, asi fue como llegue hasta aqui, desde quililla, pasando por tamazulita y ojo de agua, ya estaba cansado de andarme ocultando ya queria descansar, asi que por eso habia regresado a Cofradia, aunque aqui ya nadien me saludara, aunque no fuera bien recibido, -si aqui estaba enterrada mi madrecita, adonde mas pues querian que yo me fuera a quedar.
unos negros nubarrones se dibujan a lo lejos, atras de los cerros aya por tecolotlan, un viento fresco empezo a refrescar el cuerpo escualido de Romulo Partida, «el chivo» como le decian en ese lugar.
El viento humedo, traia y llevaba el olor a tierra mojada, colandose por cada rendija, por cada ventana, por cada puerta y metiendose en cada jacal, pero ya nada de eso le importaba al Chivo, su figura cansada se reflejaba con los relampagos como si un de repente apareciera y desapareciera como una figura fantasmal.
Ese dia, me acuerdo bien que era el dia de San Juan, y desde que me desperte, sentia que el aire estaba muy caliente, muy pesado, y yo le pegaba unas tarascadas y bocanadas, pero ya no podia resollar.
el aire caliente que flotaba por la canícula de agosto, ahogaba al Chivo, presentia que ya la tenia cerca, que esta vez ya no iba a poderla enganar .
el silencio y la tranquilidad que se respiraba en el pueblo, solo por la noche parecia romperse con ruidos de espuelas y jinetes cabalgando que esperan la noche para despertar. y que se parecian a aquellos que amanecian colgados en las parotas , aquellos campesinos que entonces el gobierno llamaba cristeros. y que los soldados perseguian como si fueran demonios para colgar.
nomas lo que amarillea a lo lejos, son esas milpas llenas de jilotes ya listos para desgranar, -asi es para todos los lados que quieras voltear, asi se mira desde el cerro del cortapico hasta tecolotlan.
tenia tiempo que el chivo, ya venia presintiendo su final, cuantas veces el cura del pueblo, donde lo topara, le rogaba que se confesara y cuantas veces el solo contestaba como un susurro, como si murmurara, ahora no padrecito, ahora no, y se quedaba pensando ya como presintiendo su final.
pero desde ese dia que se le aparecio Juan Serrano, desde que lo vio sentado descansando a la entrada de su Jacal, con esa mirada de compasion, como la que tenia cuando lo fue a matar, desde ese día nomas nomas daba vuelta en el petate, ya no podia cerrar los ojos ya no podia ni descansar. ya no tenia en la boca sabor a nada, ya ni el agua le sabia a agua, ese dia parecia que los muertos le pesaban mas, sentia que ya no podia cargar con ellos ni un minuto mas, le golpeaban la cabeza como si se la quisieran reventar, -todos se le juntaron ese dia, Ignacio Rodriguez, Salvador melchor, pedro perez, juan serrano, luis soto y ya de los demas ni de sus nombres se acordaba pero tambien se habian puesto de acuerdo para atormentarle, para no dejarlo resollar.
su casa era de adobe y tejaban, en el medio del patio habia un nogal, y dicen que ya estaba ahi desde los primeros tiempos en que llegaron desde la costa, desde el mar, los abuelos de mis abuelos a poblar este lugar.
el nogal era tan flaco tan flaco como Romulo y en mayo daba unas pitayas, tan rojas, como la sangre que al chivo, le gustaba derramar, -aunque solo fuera por puro gusto como decia el, y cuando decia eso, sus ojos se le ponian como a la nauyaca y la boca se le llenaba de espuma como a los perros del mal.
varias veces los soldados creyeron que estaban muy cerca de atraparlo, agazapados lo veían entrar a su jacal, ellos lo rodeaban y cuando entraban , nomas no encontraban nada, no veían nada, como si se esfumara, como si se convirtiera en ese humo que salía de la leña que ardia por debajo del comal.
Solo su madrina pomposa era la única que podía mirar lo que nadie divisaba, aunque era ciega por su edad, cuando escuchaba al chivo que se acercaba, y que reconocia por las pisadas solo decía, con una voz dulce, Romulo alguien va contigo, tu no lo miras pero ese que te acompaña es el mismo diablo, y con un tono de voz mas grave le decia, muchacho ya confiesate con el padrecito Ricardo, ya dile todos tus pecados, al menos hazlo por tu madrecita, que dios la tenga en su santa gloria, tanto que le pidió a dios que te cambiara que fueras un muchacho de bien, pero desde chamaco fuiste mala cabeza, mira que ni los azotes que te daba tu padre te hicieron enderezar, -pobre de mi comadre Pachita, -se murió con ese disgusto en el corazon, pero Romulo ya no la escuchaba ya hiba atravesando el arroyohondo. a lo lejos se oía como un susurro las ultimas palabras de su madrina, Romulo ya confiesate ve y pidele perdón a dios.
ese dia, Al terminar la confesion, gruesas lagrimas empezaron a brotar de sus ojos, y a bajarle por su rostro curtido por el sol, su cuerpo se estremeció y poco a poco iba sintiendose mas ligero, parecía que ya los muertos no le pesaban como si estos al fin se hubieran ido como si lo hubieran abandonado,
después de todos ellos eran los primeros en saber que la muerte al fin, lo habia alcanzando.
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