Como te quiero, pocos han querido, tan extraño, tan obsoleto.

Como te quise, pocos han olvidado, tan vanal parece, tan fugaz.

Como te amo, pocos han entregado, tan inmenso, tan grande lo que dentro siento.

Y así como ocurren desgracias, ocurren amores; vienen caricias y vienen roses,

viene la vida encima nuestro, como forjando un nuevo camino,

corriendo o saltando, al final todos volvemos arrastrándonos por la soledad de lado querer dejar.

Y tomando ese amargo trago de café, veo como acontece a cada vida;

a la nuestra, porque pensando en ti, tu aroma llega  hacia mi cuerpo,

volteo hacia mi derecha y ahí estás, recostado y durmiendo.

Como me acaricias, nadie me ha tocado, como a lo lejos me divisas, nadie se había así fijado.

Como brújula en tu mano, como mapa en el radar, las coordenadas se pierden cuando intento escapar; porque te amo, porque te quiero.

Vuelve a besarme, la frente, la mano, las piernas, mi espalda y la vida.

Vuelve a verme, como ese dibujo que queda pendiente entre nosotros, vamos, desvístete, quítate esos temores,

quítate la capa de orgullo, déjame sanarte, déjame contigo sanar.

Desvístete, no quiero ver nada, quiero tenerte de frente, bésame.

Bésame la boca, bésame la conciencia, y hazme nunca olvidarme de tus actos, de tus manos.

Porque como yo, nunca nadie de ti ha escrito, nadie de ti así se ha expresado, te tengo aquí a mi lado, te beso y entre tus piernas descanso.

Durmiendo, escribiendo y viviendo, así te quiero, así te amo.

-Kristel.

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