Hoy me agobia el incesante dolor que adormece mi latir, el frío que recae sobre mi cuello y que se desborda hasta lo más profundo de mi cuerpo, sentimientos inoportunos, pensamientos que acaban en el vació; vacío sentir de mi alma ante mi vida que poco a poco voy perdiendo la fe, y la compostura de mi ser se desmorona ante mis pies; lágrimas que caen de aquellos ojos tristes ojos que pensé podrían haber sido los guías de mi destino; pero que frente a abstrusas emociones solo se sucumben ante la melancolía; pensé querer ver la luz de un nuevo día; pero ante el vasto suplicio, solo veo la penumbra de escasos recuerdos que apaciguan el impasible pavor que siento

Quisiera tañer la última melodía de un corazón sosegado, consumido por la vehemencia del recóndito padecimiento de mi conciencia, que agoniza ante los vastos ataques de aquellos gritos en mi cabeza, que me exigen perder la paciencia y acabar en la demencia. Hoy tanto vigor por conservar la razón y la vida, terminan ante un invencible pasado que arruinó las letras malditas.

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