Apetito concupiscible

Apetito concupiscible

Carlos Triviño

09/05/2021

No importaba haber caído en el embobamiento de un rostro sonrosado que descubría por primera vez el bello rasgo de un ser extraño, 

nada menos que el hoyuelo en la mitad de su mentón.


Sí, 

los ardores que escapaban por la mirada del mozuelo venían acompañados por un destello que traspasaba las nubes del cielo…


Se relacionaba el sol veraniego en ambos ojos ávidos,

de un relámpago de risas pasó el aluvión de unos cuantos besos y de los requiebros que empaparon sus cuerpos y no coexistía algo más hermoso que eso.


Sí,

el chubasco no fue en vano, 

bajó para comprobar el no común ni ordinario significado de arrumaco.


Apetito concupiscible, 

Carlos Triviño


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