De mis actos mas sinceros, el rasgar las pieles de los arboles procesadas ah sido el mayor, pues de mis cuerdas no se ha producido ningún sonido que afecte los tímpanos del destino, solo para que mi voz como guitarra apagada no genere ningún sentimiento al tiempo, y este no quiera llevarme al lugar donde nacen. Porque he marcado sobre tu piel o dichosa tierra mi hermosa poesía, pero soy coplista bien formado que de nada le sirve una fuente ni una pluma, pues de estas maquinas creadoras nunca ha nacido una obra maestra, pero el pensamiento ah quedado plasmado sobre las hojas que el hombre ha creado de tus pulmones, y ahí mi tristeza desapareció transmutada por un rojo vivo abrazador, no se si es su color o su temperatura, lo que ha tintado diferente mis adentros cuando desmaterializó lo que me saqué del pecho, pero definitivamente dejó de existir, tal cual mi delirio de solipsista me indujo al camino de lo solitario, y como homilia el humo ha parafraseado perfectamente el texto, como si fuera el vaho de las hojas que he quemado, y la letanía de mis obras se volvieron objetivas, por el simple hecho de dejar de existir, sin conciencia quedaron mis letras y ahora si concuerda mi idealismo con mi situación.

Por ello privo de mis obras sinceras a los ojos de los artistas, pues su interpretación se hubiera quedado corta con la profundidad del licor que fueron mis sentimientos, que me embriagaron hasta vomitar en los lienzos poemas.

Por eso queme 500 poemas ajenos, y por ello he quemado los míos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS