El Triangulo De las bermudas

López Guzmán Antonio De Jesús se me hizo muy interesante el tema de el triangulo de las bermudas El Triángulo de las Bermudas es un área geográfica con forma de triángulo equilátero situada en el océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami (en el estado de Florida). Al unir estos tres puntos con una línea imaginaria se forma un triángulo de unos 1600 a 1800 km de lado, y una superficie de 1,1 millones de km² aproximadamente la superficie de Colombia El término fue creado en 1953 por varios escritores que publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad de la zona. Sin embargo, el área circundante, en especial la costa de las Carolinas, ya era conocida por sus numerosos naufragios hasta el punto de ser llamada «El cementerio del Atlántico». Además, se han registrado grandes olas en esa zona, lo que explica el temor generado por la mismaLas embarcaciones que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo. Luego, con el desarrollo de las máquinas de vapor y los barcos con motores de combustión interna, gran parte del tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando a través del área del llamado «Triángulo de las Bermudas».

La corriente del Golfo, un movimiento superficial de las aguas del océano que trae aparejado un tiempo muy inestable (con sus característicos huracanes), también pasa por el triángulo al abandonar el mar Caribe. La combinación de un denso tráfico marítimo y el tiempo tempestuoso pueden explicar la mayor parte de las desapariciones alegadas.[4]​Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:

El Triángulo del Dragón o Triángulo de la muerte, conocido por esos dos nombres ubicado en el mar del Diablo, cerca de Japón. Solo es conocido en la literatura acerca del Triángulo de las Bermudas. En Japón no es conocido debido a que la mayoría de los botes perdidos son pequeñas embarcaciones pesqueras sin radio.

El Vórtice de Marysburgh ubicado al este del lago Ontario (entre Estados Unidos y Canadá). El Ellen Austin supuestamente se encontró con un barco abandonado, colocó a bordo una tripulación premiada e intentó navegar en conjunto con él a Nueva York en 1881. Según las historias, el abandonado desapareció; otros explicaron que el abandono reapareció menos la tripulación premiada, y luego desapareció nuevamente con una segunda tripulación a bordo. Un cheque de los registros de Lloyd’s of London demostró la existencia de Meta, construido en 1854, y que en 1880, Meta pasó a llamarse Ellen Austin. No hay listados de víctimas para este barco, o cualquier barco en ese momento, que sugiera que un gran número de hombres desaparecidos fueron colocados a bordo de un barco abandonado que luego desapareció.

USS Cyclops

El incidente que resultó en la mayor pérdida de vidas en la historia de la Marina de los EE. UU. no relacionada con el combate ocurrió cuando el cíclope más frío, que transportaba una carga completa de mineral de manganeso y con un motor fuera de servicio, desapareció sin dejar rastro con una tripulación de 309 en algún momento después del 4 de marzo de 1918, después de partir de la isla de Barbados. Aunque no hay pruebas sólidas de una sola teoría, existen muchas teorías independientes, algunas tormentas culpables, algunas zozobras y algunas que sugieren que la actividad enemiga en tiempos de guerra fue la culpable de la pérdida. Además, dos de las naves hermanas de Cyclops, Proteus y Nereus, se perdieron posteriormente en el Atlántico Norte durante la Segunda Guerra Mundial. Ambas naves transportaban cargas pesadas de mineral metálico similar al que se cargó en Cyclops durante su viaje fatal. En los tres casos, la falla estructural debido a la sobrecarga con una carga mucho más densa que la diseñada se considera la causa más probable de hundimiento.

Carroll A. Deering

La goleta Carroll A. Deering, vista desde el buque de luz Cape Lookout el 29 de enero de 1921, dos días antes de que la encontraran abandonada en Carolina del Norte. (Guardacostas de los Estados Unidos)

Una goleta de cinco mástiles construida en 1919, Carroll A. Deering fue encontrada encallada y abandonada en Diamond Shoals, cerca de Cape Hatteras, Carolina del Norte, el 31 de enero de 1921. Los rumores y más en ese momento indicaban que Deering era víctima de piratería, posiblemente relacionado con el comercio ilegal de ron durante la Prohibición, y posiblemente involucrando a otro barco, Hewitt, que desapareció aproximadamente al mismo tiempo. Pocas horas después, un barco de vapor desconocido navegó cerca de la nave a lo largo de la ruta de Deering e ignoró todas las señales de la nave. Se especula que Hewitt pudo haber sido este barco misterioso, y posiblemente involucrado en la desaparición de la tripulación de Deering.

Star Tiger y Star Ariel

G-AHNP Star Tiger desapareció el 30 de enero de 1948, en un vuelo de las Azores a Bermudas; G-AGRE Star Ariel desapareció el 17 de enero de 1949, en un vuelo de Bermudas a Kingston, Jamaica. Ambos eran aviones de pasajeros Avro Tudor IV operados por British South American Airways. Ambos aviones estaban operando al límite de su alcance y el más mínimo error o falla en el equipo podría evitar que llegaran a la pequeña isla. Las explicaciones que han dado muchos investigadores para estas desapariciones van desde secuestros por parte de piratas modernos a un simple error humano. Los análisis indican que las fuertes corrientes y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos, subrayando que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron en verdad a más de 600 kilómetros de sus límites.

Se estima que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves (100 000 por año). Se cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido un total de 50 barcos y 20 aviones.

Las desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región.

Los archivos de la Guardia Costera confirman esta conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.

Aunque ya existía el precedente de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de accidentalidad de la zona no ofrecía casos suficientes de desapariciones que pudiera incluir en su libro y que tuvieran algún punto no resuelto en la aclaración del accidente. Por este motivo, Berlitz recurrió a diversas estratagemas para hinchar su obra.

Varios de los barcos que Berlitz mencionó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es el caso del Mary Celeste, que se hundió entre las islas Azores y la península ibérica. El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desapareció en el Pacífico, así como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico Norte. A otros los nombra erróneamente, como el Atlanta, llamado realmente Atalanta.

También hay desapariciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra Proteus y el Nereus (1941) que está constatado que se hundieron en acciones bélicas. Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en circunstancias de clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos ficticios, como el Stavenger.

Además, el Triángulo de las Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval de todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de aeronave desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo, aunque supuestos «testigos» hablan de los «incidentes» que sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron felizmente.

En cuanto se perfeccionen las técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se recuperen la mayoría de los barcos perdidos.

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