Herrera Lamas Marbyn Belén
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Esta es la historia del asesinato de mi mejor amiga. Ella y yo nos conocimos en secundaria, recuerdo la primera vez que me hablo, siempre con su sonrisa tan encantadora su pelo castaño, lacio, sus ojos marrones y una mirada con la que enamoraba a cualquiera, rodeada de muchos amigos. Su nombre era Sofía, parecía ser la hija y la estudiante perfecta… Pero yo sabía que no era así, Sofía estaba tan destruida emocionalmente como yo, por eso éramos mejores amigas después de todo. La verdad es que ella tenía una familia disfuncional, vivía con su padre, que aparentemente era un señor muy noble y educado. Yo lo llegue a conocer y si, se veía como un sujeto agradable pero mi perspectiva del cambio cuando Sofía me conto que había abusado de ella cuando solo tenía tres años, dijo “tal vez el crea que no lo recuerdo pero vivo con un constante miedo hacia los hombres que siento que me destruye poco a poco”. Recuerdo sus palabras que a veces resuenan en mi cabeza, Sofía y yo pasábamos los recesos riéndonos de prácticamente todo, ella era mi lugar seguro. Recuerdo perfectamente el día en que todo comenzó, era un viernes nuestra penúltima clase, matemáticas, el profesor nos había hecho un examen sorpresa lo cierto es que a mí la calificación me tenía sin cuidado, nunca he sido buena para matemáticas. Pero con Sofía no era lo mismo, ella era una niña muy inteligente, su foto estaba en el cuadro de honor siempre, se exigía demasiado, o más bien le exigían, su padre además de ser un violador era muy violento y la golpeaba si sacaba malas calificaciones, tal vez por eso siempre estaba ansiosa. Esos últimos días ella no estaba tan concentrada, se le veía preocupada, no quería regresar a su casa, tenía miedo, me conto que su padre le tocaba las piernas de una manera extraña al despertarla, le aterraba que se repitiera la misma historia de hace diez años, por eso no había dormido bien esos días, se vio reflejado en el seis que obtuvo en el examen de matemáticas, Sofía nunca había sacado seis. Me dijo preocupada:
– Tengo miedo de lo que haga mi papa si se entera de que tuve un 6, voy a hablar con el profe para ver si me puede subir la calificación
Yo le desee suerte para que el profesor accediera y la espere afuera del salón. Después de unos dos minutos salió del salón muy asustada, y comenzó a contarme lo que sucedió
– Me dijo que podía tomar clases de regularización en su casa los sábados, pero lo dijo viéndome de una manera que me hizo sentir incomoda y después me toco el brazo muy raro
A lo que yo le respondí:
– ¿Estas segura? No creo que el profe sea esa clase de persona, a lo mejor lo malinterpretaste
Ella con un tono molesto me dijo:
– Yo estoy segura de lo que paso, ¿crees que estoy loca como para inventar algo así?
A lo que yo respondí que no, y espere a que se tranquilizara para añadir:
– Bueno, y entonces ¿qué hacemos?
En ese momento Sofía dijo
– Lo vamos a exponer en el grupo de la escuela, he visto que ahí exponen niños de la secundaria por acosadores
Debí haber sabido que eso acabaría mal, pero accedí y me arrepentiré todos los días de mi vida, debí recordar el miedo que Sofía sentía cuando un hombre se le acercaba y que tal vez ella podía haber exagerado las cosas pero tampoco quería que ella se molestara conmigo por no creerle, después de todo yo no pensé que esto llegaría tan lejos. No paso mucho para que la denuncia de Sofía se hiciera viral, ella era una alumna excelente y su palabra tenía mucha credibilidad. Para el lunes el profesor había sido expulsado de la escuela y sería muy difícil que encontrara trabajo como docente nuevamente. Después nos enteramos que un grupo de estudiantes fueron a su casa a golpearlo, el sentimiento de culpa la invadía cada vez más, yo lo notaba.
Los siguientes días transcurrieron con “normalidad” hasta el miércoles que todo cayó en picada, ese día en la mañana escuchamos rumores, que más tarde fueron confirmados por la directora, de que el profesor se había suicidado debido al hostigamiento que recibió esos últimos días. Ahí fue cuando Sofía tuvo un ataque de ansiedad, fuimos hacia los baños para que se tranquilizara y con la respiración agitada me dijo
– Yo no quería que esto pasara, creo que exagere
Con esto confirme lo que sospechaba desde antes, pero el daño ya estaba hecho, así que solo me quedaba apoyarla, tratando de mantener la calma, la abraze y le dije
– Tú no sabías que el profe se iba a suicidar, solo nos queda tratar de olvidarlo. Por favor prométeme que vas a ir al psicólogo para superar tu trauma, tranquila sabes que yo siempre estaré para ti
No nos quedaba más que intentar olvidarlo y lo intentamos, intentamos fingir que todo estaba bien, aunque en el fondo las dos sabíamos que no era así. Empezó a ir al psicólogo dos veces por semana, le mentía a su papa diciéndole que estaba conmigo. Después de dos semanas parecía que las cosas iban mejor, Sofía se veía más feliz aún recuerdo el ultimo día que la vi, me despedí de ella afuera de la escuela, como normalmente lo hacíamos, era un miércoles, me acuerdo perfectamente, teníamos una exposición al día siguiente y lo último que le dije fue que no se le olvidara la cartulina. Hasta el día de hoy me pregunto ¿por qué no le dije lo especial que era para mí?
Yo me fui a mi casa, no fue hasta las seis de la tarde que me di cuenta de que algo no estaba bien, el papa de Sofía me marco preguntándome si ella estaba conmigo, Sofía no llego a su casa nunca más. Le marque a su celular, pero estaba apagado mi mama me dijo que me tranquilizara y esperáramos al día siguiente, esa noche ni siquiera dormí. El jueves como a la una de la tarde la directora entro a nuestro salón, imagine lo peor, la sangre se me fue a los pies y estaba sumamente fría, nos dijo lo que ya imaginaba pero quería que no fuera, Sofía estaba muerta, la habían encontrado tirada en un canal todo indicaba que alguien la había secuestrado en el camino de la escuela a su casa. En ese momento todo mi mundo se derrumbó, había perdido a mi mejor y única amiga, es una sensación que espero nadie de los que leen esto experimenten alguna vez en su vida, desde ese día me dejo de importar todo, sentía una soledad indescriptible, la vida ya no era lo mismo sin ella.
Al día siguiente llego una psicóloga para que los alumnos “superaran” lo que había pasado en las últimas semanas. De ninguna manera podre superar la muerte de mi mejor amiga, pensé enojada. Ese día en receso la psicóloga intento acercarse a mí, obviamente lo que menos quería yo en ese momento era hablar de lo que paso y rechacé su invitación a charlar en su salón. De los siguientes días no recuerdo mucho, seguí la misma rutina estúpida de ir a la escuela y de ahí a mi casa. Llego el domingo y mi mama me pidió que fuera a la tienda a comprar unas verduras que necesitaba para la comida, pensó que salir por lo menos a la tienda despejaría mi mente. La tienda quedaba a dos cuadras de mi casa, casi no había nadie en la calle ese día y lo siguiente que recuerdo es oír una camioneta acercándose a mí, después sentir que alguien se me acercaba y antes de que pudiera voltear, mi vista se nublo solo sentía que me subían a ese carro. Cuando desperté estaba en una casa abandonada, en lo que recobraba la conciencia un hombre grito
– Ya se despertó
Asustada pregunte
– ¡¿Dónde estoy?!
En el fondo del pasillo se divisaba una sombra que poco a poco se acercaba más y cuando por fin pude ver con claridad de quien se trataba, mi cabeza estaba cada vez más confundida, ¿era la psicóloga nueva de la escuela? Antes de que pudiera preguntar algo ella me dijo con un tono burlón
– ¿Me recuerdas?
Para ese punto yo ya estaba asustada y dije
– ¿Qué hace usted aquí?
Su respuesta me dejo helada
– Yo era la esposa de tu profesor de matemáticas, éramos muy felices hasta que tú y tu amiga provocaron su suicidio, a partir de ese momento me he dedicado a buscar justicia por su muerte.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y con la voz temblorosa dije
– ¿Tú asesinaste a Sofía?
Ella con una sonrisa tétrica dibujada en su rostro y mientras apretaba el gatillo de la pistola que tenía en la mano, respondió
– Si, niña tonta, y tú vas a ser la siguiente
Cuando jure que mi vida había terminado, en mi mente pasaban recuerdos desde mi niñez hasta ese momento, mi vista se nublo y de repente así como todo esto había iniciado, término. En el fondo me siento me sentía feliz porque me podría reencontrar con Sofía, y es que…Aunque yo nunca se lo dije estaba profundamente enamorada de ella.
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