Ríos (copia)

Ríos (copia)

Río Duero

28/04/2022

El temblor de sus manos parece sostener la carga de la experiencia y de emociones vitales acumuladas, pero es el implacable deterioro que vida no perdona, ni se lo plantea, es indiferente, solo pasa. En esa cabeza, que en otro tiempo eran marañas de conexiones como deltas amazónicos, llenos de vida, ideas que saltaban de una lado a otro, balsas de memorias y recuerdos.., conexiones sinápticas deshaciéndose como los nervios de una hoja seca…los torrentes, los ríos y los arroyos van menguando con la celeridad con que mengua la vida. Nada queda, cauces secos de una vida que nadie conocerá, praderas regadas en otro tiempo que rezumaban vida, proyectos y futuros…historias que nadie escribió, que nadie contó, y que quedaron privadas del recuerdo por una sociedad que solo discurre por tuberías, todo corriente, entre flujo laminar y turbulento, indiferente a su poder transformador de eriales en vida, de esparcirse sin miedo a la quietud, de impregnarse de hierba y tierra, de fecundar semillas y exponerse al calor del sol a un nuevo estado, para fluir ahora como gas, y tener perspectiva de un mundo implacable, que permite que las almas no transciendan en el recuerdo, pero las gotas de lluvia nos recordarán, que los cauces pueden volver a discurrir, y ahora sí aprovechar as historias de los mayores, volver al ciclo.

La memoria de los otros es una especie internet donde los enlaces se establecen por las vivencias, los valores y las emociones, donde lo temporal se funde y no tiene importancia, no se guarda, viaja. En esta escala mi «juventud» y mi inevitable prejuicio de superioridad por creerme con mejores facultades, desaparece, gateador ante una corredora de maratón, que está de vuelta del sufrimiento, de la capacidad de fondo, de vencer al cuerpo y la cabeza, que sabe que su fuerza están en las personas a las que ha querido, y que ha ido recogiendo en el camino en su memoria, que ahora sostiene. 

Desde la baranda mira las vidas de los otros pasar, a las personas que se cruzan tejiendo una arpillera áspera que ya conoce, ha estado ahí ya, y juega a imaginarse las historias de cada una, las ilusiones, los desengaños, y los proyectos futuros…las estaciones se suceden y como capítulos de un culebrón. 

Repasa las certezas en las que se quiso agarrar durante su vida, parece que solo amar es lo cierto, lo que la empujó para sobrevivir, donde encontró la fuerza y el sentido de las cosas; desde su atalaya ve como la gente se confunde, como lo hizo ella tantas veces…sufre la impotencia del espectador ante un tragedia anunciada. «Si la gente pudiera transmitir lo aprendido, como hacen ahora en internet»  , encontrar las imágenes, las experiencias, los vídeos….sería «spoiler» como dicen los sobrinos, y no merece la pena vivir sin incertidumbre, aunque sabemos que terminaremos en el mar, y todas esas historias y vidas se funden en algún lugar.

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