No he tenido mi periodo desde hace 9 días que me enteré que estoy embarazada. Siento presente la nostalgia y la necesidad de exprimir mis emociones como cada mes que tengo una carga de hormonas en mi. Está vez, no llegó. 

Hay una enorme diferencia entre saber lo que sucede conmigo emocionalmente y que de repente me encuentre tirada en cama a las 4 pm esperando el pensamiento exacto para soltar el llanto y justificar el que hoy no trabajé porque estaba indispuesta mentalmente y así no tener la carga en mis hombros de lo que pudo haber sido un día productivo. 

Tengo bastantes razones para sentir esta melancolía en la vida de lo que las pérdidas vienen a significar y a  cambiar, en este momento. Me gusta escupir pensamientos que me generen la sensación de tristeza porque sé que llorar siempre será una buena forma de purgarme, sólo que aveces el ritual se torna intenso y saco más mierda de la que debería, al punto de terminar en pleno exilio de mi cabeza. 

No sólo el saber que pasaré por un proceso de interrupción de embarazo me hace sentir bastante inestable, dentro de mi las pérdidas son bastante similares aunque el escenario es completamente distinto pero sé que me estoy desprendiendo de experiencias, de cuestiones que aunque me llegan a parecer banales, mi gran placer por estancarme en el recuerdo me hace victimizarme y querer que las cosas fueran diferentes o como antes a pesar de yo haber provocado la situación en la que estoy. Me da orgullo saber que lo reconozco y vergüenza admitirlo. 

Más allá de las ideas que suelo tragarme para sentir el pesar en la garganta, soy fanática de la miseria de la tristeza. Me llama tanto el hecho de sentir el vacío del estómago cada vez que puedo llegar a pensar en la decadencia del momento, y escucho la canción con el tono más bajo y que suene a «Las tortugas también vuelan», porque recordar algo que no he vivido pero sentí, también me es una forma de purga. 

Y de repente solo pasa. Encuentro la ironía de la vida en un segundo aborto, en la pérdida de un amigo y en mi gusto por sumergirme en situaciones que me enseñan de mala forma algo que pudiese haber sido diferente de no ser por mi impulsividad y mi poca seriedad ante la existencia. Y aquí estoy, con náuseas que vienen más de mi pesar que de mi matriz. Con un cansancio que viene más de mi poca madurez que de un saco de 4 semanas. 

Pero igual pasará, supongo. 

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