¿Una película?

Entre una multitud por elegir, y sin una guía en específico se hacía fácil presionar una y otra vez la tecla con dirección a la derecha en el computador para leer uno y otro título de un sin fin de películas que podía mirar.

Con anterioridad definir el género de película era prioridad, pues era como un ritual acomodarme con un gran tazón de palomitas entre las piernas. Aquel día parecía que eso había quedado de lado y lleve hasta la habitación un vaso de limonada.

Y dejando las costumbres establecidas, seleccioné una película al azar. Sin duda fueron las mejores 2 horas invertidas en mi vida como distracción, mencionaste.

– ¿y te gustó?- dijo Samuel.

¡Tremenda película!, había chistes, enfado por alguna mala decisión del personaje principal, alivio cuando las cosas retomaron su cause, una que otra lágrima resbalándose por mis mejillas al presenciar una muerte inédita y un suspiro de satisfacción sin el ceño fruncido al final, enfatizaste.

Parecía que era oro puro lo que habías encontrado y contárselo a Samuel hacía que tuvieras toda su atención.

Si había o no la continuidad de la película no fue algo en lo que pensaste, el tiempo de duración, sus escenarios, la música de fondo, el atuendo de los personajes, la lección o perspectiva de vida que habías sido capaz de entender y la forma de liberar tanta carga emocional y mental de aquella tarde que estaba siendo contada era más que suficiente. Y todo gracias a una selección inesperada.

En cierta parte de tu historia la película que fue extraordinaria para alguien más, quizás no lo fue para ti. Pero sin duda aquella que dio un giro en tu vida, la guardabas en tu memoria e incluso tenía semejanza con alguna vivencia personal, no hacía falta que lo dijeras. Tus emociones y expresiones lo contaban por si solas.

– ¿y como te sentiste al terminar de verla tío?

Eres feliz luego de observar una buena película y la vez cuando quieras, porque ya forma parte de eso que te agrada. No quisiera que fuera diferente, se volvió favorita para mí por lo que fue y la acepto como es, eso hizo que se convierta en una excelente historia para recordar, comentaste.

Ese fue sin duda el comentario menos pensado, pero el que definió con exactitud lo que habías experimentado. Y una buena respuesta después de todo cuando te cuestionaron lo siguiente: ¿qué opinas de tus películas favoritas?, a lo que no dudaste en contestar.

Si asemejaras a una película con tu vida, te sorprenderías. Hace tiempo esta comparación tuvo sentido para mí. La perdida del abuelo hizo que tomara mayor peso en lo que te diré.

Siendo el director y el guionista de mi propia existencia,

me considero una película,

la favorita de algunos según su preferencia,

la desagradable según otros,

pero cada día me responsabilizo de tener escenas reales y vividas para recordar.

Eso se hace con las personas, recuerdas lo positivo y las conviertes en una buena película, así decía mi abuelo y aunque hayan pasado años desde su perdida, la película que nos dejó me da gusto haberla visto. Con todo lo que fue hasta su final, porque no estamos hechos para dejar de amar.

A la gente que amas y ha muerto, los piensas y los sonríes, no tocas la tristeza y si así fuera, recuerdas lo que viviste junto a ellos. Entonces, amarlos y disfrutarlos siempre va a estar en tu vida. Recuérdalo pequeño Samuel, mencionaste.

Quizás tu nombre no es Samuel, o aún no tengas sobrinos, pero de seguro amaras a las personas, por la película que representen en tu vida. Todas te enseñarán, las favoritas serán esas que te guían al sitio al que quieres llegar. No a un lugar cercano, sino a donde te has visualizado.

Porque una buena película, no reemplaza o quita a la anterior en la lista de favoritas, solo se suma.

Etiquetas: pelicula guión tú

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