Querido y viejo amor
Maria Eugenia Cano
Dedicado a esos niños que alguna vez fuimos.
Y a todos aquellos que tuvieron un amor en la infancia y aún en la madurez se ha conservado en su corazón.
Pablo gracias por ayudarme a realizar esta obra, y a si transmitirles a los lectores de novelas románticas un pedacito de una bellísima historia.
Quiero agradecerte por traerme tan bellos recuerdos y afianzar mi memoria.
Sin ti no podría haber realizado esta pequeña obra.
Gracias eternas.
Usted se sentirá identificado en esta historia de amor, si aún recuerda a su primer amor.
Oh por Dios como olvidarme de ese día, lo tengo grabado en mi mente como si fuera ayer.
Fue un 5 de marzo de 1990, recuerdo que no había dormido en casi toda la noche debido al calor sofocante del verano, se me pegaban las sábanas, y no recuerdo la hora, pero tuve la idea de levantarme para ir a darme un chapuzón en la pileta, algo que no voy a olvidar tampoco es el estridular de las cigarras. Mi madre que ya me había oído darme de chapuzones, se levantó de la cama con las chanclas en la mano, creo que corrí tan deprisa que me di el dedo pequeño del pie con el escalón de la entrada a la casa, y muy por detrás mi madre regañándome, hay por dios cuanta adrenalina, al cabo de unos minutos sentí el dolor punzante del dedo.
Ya por mañana me viene a levantar mamá para ir al colegio, era el primer día de clases, comenzaba a cursar 7to grado. El calor de esa mañana era peor que el de la noche, pero no me quedaba de otras que ir al colegio.
Tome una chocolatada bien fría con unas tostadas cubiertas de la rica mermelada de frutillas que hace mamá, las mejores mermeladas.
Ya, a eso de las 7:30 Salí en dirección al colegio, no sin antes llevarme unas bolitas, el tocón de figuritas de futbol, la mayoría de River, y la gomera por si se me cruzaba el perro de Don Pedro, un ovejero alemán enorme, al menos para mí lo era, pero en la puerta me esperaba mamá para hacerme la requisa en la mochila, secuestrándome la gomera no sin antes regañarme. Pase a buscar a mi mejor amigo y compañero “Cirilo*” lo llamábamos así por el color de su piel, su nombre es Luis.
Eran casi las 8 de la mañana y ya habíamos llegado todo transpirados al colegio, pero ya una vez allí la briza del campo y las frondosas sombras de los árboles del patio, el calor era más tolerable.
Me senté junto a la ventana en el último asiento, recuerdo que después que la maestra pasó lista, me recosté en la mesa con los brazos colgando hacia adelante golpeando la silla de adelante con dos lápices en un repique de tambor. En un momento mire al patio y debajo del pino Paraná, había tres palomas sachas, ¡oh, carajo! Mi vieja me había sacado la gomera.
En un momento entra el director, algo que no me intereso, salvo el momento en que se le acerca demasiado cerca a la maestra, y le dijo algo al oído, ella se levantó de su asiento y sale del aula, yo volví a lo mío, que era mirar por la ventana.
Al cabo de unos minutos escucho que vuelve la maestra y dice —alumnos ella es su nueva compañera, viene de otra provincia y quiero que le den la bienvenida— yo sin mirar quien era dije lo mismo que todos mis compañeros —bienvenida a la escuela—.
Escucho que la maestra le dice que se presente y que nos cuente de que provincia venia, y juro que solo escuche “Me llamo”, cuando me enderecé para darle toda mi atención “Mery” y no sé qué más, pero recuerdo que su voz, su hermosa voz de ángel hizo que sonaran en mi interior como pequeñas campanadas. Ella retorcía sus dedos haciéndolos sonar. Recuerdo que llevaba su cabello sujetado con una cinta rosa, no sé qué llevaba debajo del delantal, este le llegaba hasta casi las rodillas, las rodillas más bellas, unas pantorrillas finas como palillos chinos, pero las más delicadas, una vez que se presentó la maestra le dice que se siente en algún asiento vacío, en un abrir y cerrar de ojos mire en todo el salón donde había asientos vacíos, enfrente mío había uno, otro al otro lado junto a la puerta y delante de todo frente a la pizarra, mis oraciones fueron escuchadas porque ella se sentó frente a mí.
Contemple su rostro el tiempo que duró la hora de clases hasta que sonó el timbre del recreo. Cirilo me invitó a jugar como todos los año a la figuritas, pero yo quería ir a jugar con ella, nunca me separe de Cirilo, pero por Mery yo iría a la luna, juguemos al poliladron dijo Miguel, recuerdo que Mery no sabía jugar y las chicas en dos palabras le resumieron las reglas del juego, le tocó ser ladrón y yo ni lerdo ni perezoso me ofrecí a ser ladrón también. Fue a la primera que atraparon, yo no podía ser menos y me hice el que tropezó y me deje atrapar, nos tomamos de las manos, ella sujetaba con la otra mano el pino, y yo me estiraba para que mis otros compañeros ladrones pudieran pasar por entre los que eran polis y así liberarnos, juro que recuerdo los sedosas que eran esas manos, no quisiera soltarla jamás, pensé, pero Cirilo no se demoró mucho y logró evadir la valla de polis logrando salvarnos a ambos, corrimos de la mano juntos un par de metros cuando ella se soltó y corrió en otra dirección. Al finalizar el recreo las chicas fueron corriendo al baño de mujeres para lavarse las manos, y creo que yo para ese entonces estaba hipnotizado por ella, que entré detrás de todas ellas, dure poco segundos allí, esos gritos ensordecedores que hicieron todas juntas rompieron mi tímpano.
Y ese fue el primer día, el mejor de todos los primeros días de clases.
***
Otro de los días que más recuerdo, es el 21 de marzo, ese día la maestra nos llevó al patio a juntar algunas hojas secas de los árboles para pegarlas en el cuaderno y así hacer un collage sobre el comienzo del otoño.
Con Luis juntábamos muchas hojas bien grandes del plátano, siempre competíamos por quien tiene la mejor, y yo llevaba la delantera hasta que Mery me dijo que ella no tenía de estas hojas, y es que no habían muchas en el piso porque el portero del colegio, barrio temprano el patio, y no hice más que obsequiarle mi mejor hoja. Ver su sonrisa seguido de un “muchas gracias sos mi mejor compañero”, creo que en ese momento sentí como si ella me hubiese dicho “te quiero”.
Al cabo de unas semanas creo que Luis se dio cuenta de mis sentimientos hacia Mery, porque ya no era el mismo de siempre, y casi nunca me esperaba para venir juntos al colegio, o no iba a casa por la tarde a jugar a la pelota. Y no fue que hasta, que jugando en el recreo a las escondidas, donde nos escondimos juntos detrás de un arbusto bien frondoso, que me dijo — ¿qué raro acá conmigo, porque no estás escondido con Mery? — no supe qué decir, pero me sonroje todo, sentía un nudo en mi garganta y no sabía el porqué; no hasta mucho después, cuando él dijo en pleno juego Thomas tiene novia, una y otra vez, yo quede paralizado ya que todos mis compañeros me miraban y algunos hasta aplaudían, sentía que la cara se me quemaba de la vergüenza, y mire a Mery, ella estaba paradita con sus manos en el bolsillo del delantal, algo desconcertada, pero con una ligera sonrisa.
Diego grito preguntando quien es mi novia, mis plegarias fueron escuchadas porque Luis gritó bien fuerte, es Ramona, y todos se echaron a reír descaradamente, Ramona era una señora gorda y desaliñada, con los pelos todos enredados y olía mal; sentí un gran alivio, ya que no fueron revelados mis sentimientos por Mery.
Una vez en el aula Luis me dio un papelito, en él estaba escrito algo, no lo leí en el momento pero lo guardé para leerlo más tarde. Mery se da vuelta y le pide a Luis si no tiene un sacapuntas, el de ella se había perdido, Luis dijo si, para vos todo, y me miró por el rabillo del ojo con una vil sonrisa, sentí celos, y bronca, y lo primero que se me vino a la mente era darle un puntapié en la espinilla. A la salida del colegio leí el papel que me dio Luis y decía “Thomas y Mery seguido de un corazón con una flecha atravesada”.
Al llegar a casa estaba mi hermano Martín y al notar mi rostro que seguro se dio cuenta que llevaba una tristeza en él, me preguntó lo que me sucedía. Tiré la mochila en el suelo, y me tiré sobre el sofá boca abajo, y le dije a Martín, —nada, estoy enamorado—.
Martín se arrodilla junto a mí y me dice acariciándome el cabello intentando que volteé a verlo, —que bueno ¿Quién es la chica?— fue su pregunta, — una chica de mi grado— contesté desanimado.
Mi hermano me aconsejó a redactarle una carta para que ella supiera de mis sentimientos, y esperar a saber si soy correspondido; rezaba porque así fuera.
Y de esa manera intente dar el primer paso.
***
El día estaba nublado y yo no faltaba nunca a clases, solo quería ir al colegio para ver a Mery. Como esa mañana había caído un ligero chubasco la maestra no nos dejó salir al patio a jugar para que no nos embarráramos las zapatillas, creo que fue un complot con nuestras madres; Griselda se sentaba delante de mí, ella se voltea y me dice que Mery estuvo el día anterior en su casa jugando toda la tarde. (Con Griselda éramos vecinos linderos) ¿Dónde estaba yo ayer? No lo recordaba se me había hecho una laguna en la cabeza, pero le dije “que bien” y levante los hombros quitándole importancia, —me dijo que vos le gustas mucho— dijo Griselda con una gran sonrisa, no saben la alegría que sentí al escuchar esas palabras, pero no solo eso comencé a sentir; comencé a sentir un pequeño cosquilleo en la parte baja del estómago, no, no fue allí precisamente, ese cosquilleo fue en la zona testicular algo que no puedo explicarlo muy bien pero sentir eso por primera vez, hizo que mi corazón entrase en un redoble de tambores, y luego ese cosquilleo comenzó a subir hasta quedar en la zona de la tráquea y la laringe, no sabía si llorar de la emoción o tocarme los huevos, sentía un hormigueo en mis pantalones. No podía esperar hasta mañana para ver a Mery, cuando llegue a casa pensare como hago la carta para declararle mi amor ahora sé que voy a ser correspondido.
Cuando suena el timbre de salida, la maestra se despide con un — hasta el lunes chicos, que tengan felices pascuas…—
Quede parado sin saber qué es lo que había sucedido, porque sentí que el tiempo se detuvo, lo primero que atine hacer es mirar el calendario en la pared detrás del escritorio de la maestra, y note los días 12 y 13 en rojo seguido del 14 y el 15 sábado y domingo, no puede ser, dije; tengo que esperar cuatros días para volver a ver a Mery, me tome de la cabeza y eche un fuerte —rayos mierda…— y Salí furioso y triste a la vez del aula con la cabeza gacha.
Una vez en casa, luego de terminar mi tarea, me dispuse a componer un lindo poema, la verdad que me di cuenta que no era la mejor idea, no rimaba, no era lo mío, y desistí en proseguir.
Una hora más tarde recordé una canción, y dije —este tema le va a gustar— y con mucha alegría le escribí un tema hermoso, bueno al menos para mí lo era. “Marina” y solo le cambie Marina por Mery.
Que bello es recordarte querida Mery, y al recordarte mis sentimientos vuelven a fluir como si fuera ayer mismo, todavía siento esos pequeños cosquilleos en mi interior.
***
7 de octubre, en la actualidad
Al llegar al trabajo, entro a mi oficina, enciendo la PC y como siempre lo primero que hago es abrir el correo, el Facebook y el whatsapp. Al principio no percibí bien su nombre, pero en cuanto preste un poco más de atención, lo vi, estaba ahí, era ella, Mery Stuard, sin dudarlo acepte su solicitud, que emoción sentía, no sabía que hacer me sudaban las manos, y moría de ganas de enviarle un saludo, pero me contuve todo el día, no sin antes ver algo de su estado, estaba casada y había formado una bella familia, ella estaba distinta, aunque volvió a causar en mí lo mismo que hace años atrás.
Pero no me contuve y al final del día le mande un mensaje, me temblaban las piernas, ella respondió casi de inmediato, tuvimos una conversación muy formal de viejos amigos. Un como estas, cuántos hijos tienes, sus nombres y edades, este tipo de cosas. Hablamos algo más de dos horas, cuando me dispuse a finalizar la charla con un “te extraño, me gustaría verte”, pero no pude, solo dije hasta luego fue un gusto saber de ti, ¡que tonto he sido! Moría de ganas de decirle tantas cosas, oh Mery cuanto te he extrañado, tengo ganas de verte, de besarte, —¡maldición! — me crucé de brazos y repose con la cabeza gacha en la mesa, al cabo de unos minutos me levanté y retome el camino a casa.
No podía sacármela de la cabeza, pare en la estación de servicio a cargarle combustible al auto, mire el celular y tenía un mensaje en el Messenger, era ella me había dejado su número de teléfono, ni lerdo ni perezoso la agendé en mi celular y volví a mandarle un mensaje, estacione el auto a un lado y disfrute de dos horas más de su conversación; recordamos viejos tiempos, y si, el cosquilleo testicular volvió a pasar.
Era muy temprano cuando tocaron el timbre, y fueron reiteradas veces —maldición ojalá se quede pegada la persona que está molestando tan temprano— dije al salir de la cama.
Era el cartero, me trajo una caja no muy pesada, pero algo considerada; estaba envuelta en papel madera con pequeñas ¿rosas? Me acerque bien a mirar detalladamente qué eran esos firuletes, eran besos, ¿besos? ¿Pero quién rayos podría darle besos a una caja?, la persona que hizo eso, se habrá quedado sin labios, y sin lápiz labial también, me acerque nuevamente y constaté de que eran de verdad, ¡si alguien los hizo!, ¿pero quién? La caja no tenía procedente, sólo un sobre que decía “abrir el 9 de octubre”.
Entre que me limpiabas las lagañas y no entendía nada de este misterioso … ¿regalo, obsequio, correo? Bueno vaya a saber que tendría dentro, acerque la oreja para escuchar si no tendría una bomba, doy gracias por no haber escuchado ningún tic tac dentro.
Puse la cafetera y entre a ducharme, al salir del baño, mi esposa me pregunta algo aun dormida — ¿quién era el que tocaba a la puerta? — nadie respondí, un loco que pasaba. Había escondido la caja en el ático, vaya a saber que me haría mi esposa si descubre esa caja. No, para qué arriesgarse.
Y bien, después del desayuno cada uno a lo suyo. Malena a sus clases de GYM, mi hija al colegio, y yo al trabajo, mientras manejaba pensaba en esa caja, y en quien me la habrá enviado, pues debe de ser alguien que me conocía, porque el cartero preguntó por mí, no dijo Malena, ni Carol, dijo Thomas Loupas, ¿9 de octubre? —que idiota, es mi cumpleaños, Male no me saludo — el sobre decía no abrir hasta el 9 de octubre, ósea que la caja debía de haber llegado hace unos días.
Esta noche cuando llegue a casa me encerrare en el ático y resolveré el misterio.
***
Cenamos temprano, Malena me hizo una torta, nada mal por ser la primera vez, Carol me regaló un perfume, es un ángel, espero que nunca vuele de casa, para mi será siempre mi pequeña. No vino nadie a celebrar mi cumpleaños, quedamos en el fin de semana a festejarlo con los muchachos en el campo de deportes, con asado y vino tinto.
Luego de cenar, levantamos la mesa ayudé a Malena a secar los platos y dejar en orden la cocina. Ella se fue al dormitorio a retomar su lectura, Carol a su habitación a conversar en línea con sus amigos, se ven todo el día y después siguen hablando en línea en sus casas, que juventud la de hoy en día.
Yo me fui al ático a resolver el misterio de la caja. Cerré la puerta con el cerrojo, algo me decía que dentro de la caja había algo que Malena no debería de enterarse.
Tome la caja le saque el moño, desgraciadamente tuve que botarlo a la basura, es una lástima era hermoso. Corté las cintas con un cúter y… ¡Rayos! Más cajas, me tome la cara con la mano en señal de negación, no podía creer, no entendía quién y porqué la obsesión de mandarme esto. Tome una caja, tenía pegado un sobre con una fecha, octubre 13, y nada más, no había firmas, tome otra caja con otro sobre y otra fecha, y así cada caja, todas tenían un sobre pegado con fecha. Me tome unos minutos para pensar que debería de hacer, si abrirlos o esperar hasta esas fechas, que es lo que la persona que me envió esto querría que hiciese. Era un misterio que me estaba empezando a gustar esto de las cajas misteriosas.
En el tiempo que me tomaba para pensar que debería hacer, golpean la puerta, era Carol, diciendo que Luis vino a saludarme, lo hice pasar y volví a cerrar la puerta.
La expresión de asombro de Luis era claramente evidente, se dio cuenta que no era un regalo de Malena. — Qué lindo ¿te lo mando Mery Stuard? — dijo Luis. ¿Cómo supo que fue ella? no había nada que dijese su nombre, y pregunte cómo lo supo. Soy un idiota nunca me detuve a ver debajo de la tapa de la caja. Ahí estaba su nombre, Mery Stuard, con mucho amor y cariño a mi querido y viejo amor.
***
Hoy no espere mucho, ni bien salí de casa tomé el teléfono y la llame, desgraciadamente no pudo atender, me sentí un idiota, no tome en cuenta su situación, es casada y seguramente estaría con su esposo o acompañada de sus hijos.
Dos horas más tarde recibo el mensaje de Mery, mi corazón comenzó a palpitar nuevamente en un redoblante de tambores, me siento un pibe, siento como que volví a mi adolescencia, y es que Mery lo fue todo para mí.
Su mensaje decía “Hola Thom. Siento mucho haberte colgado esta mañana tu llamado, estaba por subir al autobús en ese momento.”
No tardé mucho en responderle, y preguntarle en dónde estaba; rara vez ocurre en esta vida estas pequeñas casualidades, pero Mery se encontraba a pocos minutos de mi oficina, y no dude en invitarla a tomar un café. Su respuesta fue un hermoso SI…
Salí de mi oficina como quien me hubiera colocado un cohete en la espalda, Ramiro un compañero de trabajo me detuvo en el pasillo, preguntándome dónde me dirigía, lo primero que atine a decir es que me surgió una emergencia personal y casi llegando a la puerta de salida, le grite no pasó nada en casa, por si se le ocurre llamar a Malena preocupado. Ramiro es un buen compañero de trabajo y a veces se preocupa tanto por la familia de todos que muchos de la oficina lo hemos adoptado como un integrante más de la familia, es un buen muchacho.
Camine cinco cuadras, y mientras las caminaba iba pensando en que decirle, en cómo saludarla, sentía esa enorme ganas de besarla y de abrazarla tan fuerte, la recordaba tan hermosa tan frágil, que no me di cuenta que me pase del punto en donde nos encontraríamos. Al llegar a la esquina de este, y mirar a ambos lados de la calle a ver si la podía reconocer entre tanta muchedumbre que iban de aquí a allá, en el momento que tomé el teléfono para llamarla, siento unos pequeños golpecitos de un dedo en mi hombro. Alguna vez les a pasado que al cortarse la luz en la noche en medio de la calle desolada, y te das cuenta de que estás en medio de la oscuridad y el silencio de la noche te paraliza, se te erizan los vellos, y el corazón se te sube hasta la garganta, y que en el caso de ser hombre los testículos se te comprimen y te das cuenta que la adrenalina que surge desde las entrañas te dan ganas de llorar… bueno, eso me pasó en ese preciso momento, gire y era ella, estaba allí parada justo detrás de mí, la saludé muy cordialmente, nos dimos un abrazo muy cálido, y de hecho tuve el impulso de suspirar tan fuerte que sentí su aroma, su bello aroma, aun no puedo olvidarlo.
Entramos al café, no podía dejar de mirarla y sonreír, sentía muchos nervios, ella también lo estaba; la miraba y sentía deseos de besarla, de tocar ese rostro avellano, de sentir a qué sabe tenerla por primera vez entre mis manos. Hablamos mucho y de todo, se nos pasó la hora en un abrir y cerrar de ojos, no quería que se fuera pero ella disponía de poco tiempo. La acompañe hasta la parada del autobús, y cuando estaba por subir la tomé del brazo la traje hacia mí y la abrace por la cintura, sujetándola fuertemente, la mire fijamente a los ojos y le dije —no te puedes ir sin llevarte esto— y la bese apasionadamente por primera vez.
No sé cómo explicarles, la emoción que sentí. De regreso a la oficina, el oficial de seguridad del edificio me dice “se ve que usted está feliz, porque su rostro lo dice todo”, y es que es así, me sentía feliz, después de muchos años volver a verla y poderla besar, es algo que me debía a mí mismo; y recordé que no le he preguntado por las cajas misteriosas ¡no puedo ser tan idiota! la tuve enfrente y no le pregunté qué debo hacer con esas cajas, y me tome la cabeza con una mano mientras me sentaba en mi silla.
Y sí, tuve que llamarla, ella atendió el teléfono y antes de preguntarle por las cajas, le pedí disculpas por el exabrupto del beso. Ella respondió — no hay nada que perdonar—, ella lo estaba deseando desde hace muchísimos años al igual que yo, me sentí aliviado.
Le pregunté sobre qué debo hacer con las cajas, y ella dijo en cada fecha debo de abrirlas, ni antes ni después.
Ok. Mery, así será. Y al regresar a casa subí al ático a revisar la caja y esconder todas las cajitas antes que Malena las viera, y se me arme, no quería arriesgarme a que las destruyera o las botara al cesto.
Las coloque detrás de la biblioteca de discos de vinilo, Malena jamás las encontraría allí, es un lugar prohibido para las mujeres de mi familia, y nunca se atreverían. Son 8 cajas y la intriga de saber que contenían dentro me causaba una ansiedad inexplicable, pero la primera estaba a dos días de abrirla, y esperare pacientemente al 13 de octubre.
***
Desperté temprano, algo que no acostumbro hacer los domingos, pero el motivo era más que evidente, era 13 de octubre y en el ático me esperaba la primer caja que debía de abrir, y bien me dispuse a subir y hacer de cuentas que pasaría la mañana escuchando música. Malena me golpeo la puerta unos minutos después de haber entrado, le abrí la puerta y le hice ver que estaba con unos discos, limpiándolos, ella me ofreció algo para beber en el desayuno, le dije que aquí tengo lo que necesito, el ático es mi lugar en la casa, allí tengo un pequeño refrigerador y una cafetera eléctrica, ella sabía que cuando yo subía a mi sitio, ella no debía molestar; al ver que tenía todo lo que precisaba para mi desayuno, solo dijo —bueno si te las arreglas solo, yo iré a casa de mamá vengo por la tarde, Carol se va a la casa de una amiga— dije —perfecto—, y ella cerró la puerta no necesite colocar el cerrojo.
Coloque un disco de Kiss “Revenger”, no sé porque, a pesar que es mi banda favorita este disco me recuerda a Mery. Al escuchar que Malena y Carol se habían ido, saque la caja de detrás de los disco y me dispuse a abrirla, me senté en el sofá la miré por unos segundos con gran nostalgia, sentía curiosidad y deseo de que ella estuviera aquí, junto a mí, la caja era algo pesada, le saque el listón azul, luego quite la tapa, mire dentro y había un frasco de mermelada, no entendía nada, ¿porque ella me daría esto? Me pregunté, bueno seguro la razón estaría en la carta que estaba en el fondo de la caja.
Querido y viejo amor.
Seguro te habrá sorprendido el frasco de mermeladas, y quiero explicarte el porqué de este obsequio. Resulta que hace un par de años viaje a San Juan y paseando por los valles había un local de productos regionales, y decidí comprarme algo, mirando que llevarme observe los frascos de mermeladas y había unos muy especiales que de inmediato me hicieron recordarte, tome uno y vi con qué delicadeza estaban hechas las capelinas que se colocan en las tapas en forma de decoración, y te paso a contar del porque estas mermeladas me recordaron a ti.
Allá por el 1990 me habías invitado a tu cumpleaños, y en tu fiesta habían ido casi todos varones y las dos únicas chicas que estábamos no nos conocíamos y no teníamos mucho de qué hablar, entonces no sé cuál fue el motivo por el que fui a la cocina, y allí estaba tu mamá, déjame decirte de paso que he apreciado muchísimo a tu madre, y bien, ese día recuerdo que ella estaba lavando unos platos o algo por el estilo, que no es el punto del que yo te quiero contar, bien, ella siente que alguien había entrado y voltea a ver quién era y al verme a mí allí dentro me ofreció algo para beber, acepte solo por cortesía y para charlar con alguien ¿supongo?, pues estaba aburrida, y fue allí cuando observo que sobre la mesa estaba este tipo de mermelada, el frasco es igual, junto con el equipo de mate, tome el frasco para observarlo de cerca, le dije a tu mamá —que lindo es el sombrero que tiene— ella me mira y me dice —sí, se llaman capelinas y son hechas a mano para adornar los frascos— ella me sonrió y destapo el frasco, agarro una cuchara y me hizo probar de la deliciosa mermelada.
Este es uno de los momentos que recuerdo de ella y de tu fiesta, y quería que lo supieras, por eso cuando me contacte contigo, y viendo la proximidad de tu cumpleaños, tome el frasco que traje de San Juan y prepare una rica mermelada de frutillas, espero que te guste, y si ese es el caso, que lo disfrutes, con mucho amor a mi querido y viejo amor.
Después de leer esto solo quede en silencio.
***
Hoy más que nunca recuerdo del día en que le entregue la carta a Mery. No me atreví a dársela personalmente, y le pedí a Griselda que se la diera por mí, ella muy contenta aceptó a dársela, y en el recreo veo que la estaba leyendo, yo la observaba de lejos, pues estaba muy nervioso, y quería ver su reacción, no sabía si le gustaría o simplemente botaría la carta al cesto.
Sentí que me ruborizaba verla leyendo la carta, y en cuanto terminó de leerla la dobló en cuatro partes y la guardó en el bolsillo y se dirigió a jugar con las chicas, pero antes se detuvo a decirle algo al oído a Griselda. Y ella me buscó con la mirada y me sonrió levantando el pulgar.
La carta terminaba con “si ella gustaba de mí, que quería que me lo dijera”, y al ver el rostro de Griselda y el pulgar hacia arriba, supe de inmediato que yo le gustaba de enserio. Me puso muy feliz el saber eso.
Al entrar al aula la maestra nos dice que armemos un grupo de cuatro para hacer trabajos prácticos, Griselda y Mery se dieron vuelta y nos dijeron si queríamos hacer el grupo con ellas, a esta altura creo que está de más decirles cómo se encontraba mi corazón, era más que evidente, pues mi rostro no lo disimulaba y se los hice saber a todos. El trabajo consistía en contar lo que pasó en la semana de mayo y eso me vino como anillo al dedo, porque Mery tendría que venir a casa, o yo ir a la de ella o a la casa de cualquiera del grupo, no importaba a la casa de quien, sino que estaría con ella toda la tarde, y eso me hacía feliz.
Arreglamos para ir a casa después del almuerzo; al llegar a casa le conté a mamá que vendrían unos compañeros a hacer tarea, ella me miró con cara de preocupación y antes que diga algo le dije, que serían tres compañeros, Mery, Griselda y Luis. Entonces como no quería que nos molestaran ni mi hermano ni mamá me puse a limpiar rápidamente el galpón, aunque mamá me ayudo un poco, y en lo que me ayudaba me hacía un sinfín de preguntas. ¿Que para qué? ¿Qué quién es Mery? ¿Por qué el repentino entusiasmo de limpiar, y estar fuera de la casa?, cosas como esas, la verdad yo no quería responder a ninguna de sus preguntas, me dispuse a limpiar y dejar todo listo para cuando llegaran los chicos, aunque la persona que más me importaba era ella. Luis llegó primero y unos minutos más tarde llegaron Griselda y Mery, las hice pasar y fuimos directo al fondo de casa.
Ella se sentó junto a mí y enfrente Griselda y Luis, nos pusimos hacer todo rápido y prolijo, aunque si definimos la palabra prolijo o prolijidad en mi diccionario, esto quiere decir: copiar todo rápido y luego guardar, en ese momento no me distraje en ver si tenía faltas ortográficas, ya tendría tiempo después por la noche de corregir mi tarea.
Una vez que acabamos de hacer la tarea nos pusimos a jugar al tutti frutti, no nos ocurría jugar otra cosa, aunque yo deseaba quedarme a solas unos minutos con Mery, para charlar con ella y pedirle finalmente si quería ser mi novia; se ve que estábamos haciendo mucho bochinche porque mi hermano Martín entró al galpón y nos sorprendió a todos con un fuerte shuuu, y tuve que presentarle a Mery, mi hermano, él la miró y le dijo —¿así que usted es la chica que tiene loco de amor a mi hermano? — ella me miró muy sorprendida y sonrojada, y yo estaba hecho una flama de la vergüenza.
Martín sabía que ella me gustaba y mucho, entonces nos dijo a todos si queríamos ir a la plaza, ésta quedaba a la vuelta de casa, y para distraernos y salir de ese galpón, nos dirigimos todos a la plaza junto con Martín. En el camino mi hermano que era muy compinche conmigo me dijo que le dijera a Mery para ser mi novia, y como yo era un chico muy tímido, temía no solo a su respuesta sino que también a mis palabras, porque no sabía cómo pedírselo, y para eso lo tenía a mi hermano, para que me ayudara con las palabras.
No sé cómo hizo pero se llevó a Griselda y a Luis a comprar algo, dejándonos a mí y a Mery solos jugando en el columpio. Yo notaba que ella no decía nada y que miraba todo el tiempo al suelo, yo estaba igual, hasta que vi que se aproximaba Martín con los chicos y tomé impulso y le dije — ¿te gusto mi carta? — ella respondió que sí, entonces no demore más y le pregunté si quería ser mi novia, ella me miro algo tímida y con una ligera sonrisa, me dijo que lo debía pensar, mi mundo se detuvo, y un nudo en mi garganta quería hacer estallar en llanto mis sentimientos; nunca pensé que fueran tan crueles esas palabras, aunque dijo que lo debía pensar, eso para mí significaba un NO decisivo. Yo no quería estar más allí, entonces salte del columpio y me dirigí a casa, me siguieron Luis y Griselda a cada lado, interrogándome qué había sucedido, Mery y Martín nos seguían de cerca, yo no escuche bien lo que ellos hablaban pero Martín me grito diciendo que parara, pero no quise frenar, y es que me sentía furioso, hasta que escucho que Mery me dice que espere que me quería decir algo, entonces frené y nuevamente nos dejaron solos, y ella finalmente dijo las palabras que me hicieron el chico más feliz de la tierra, —sí, sí quiero ser tu novia— le tome de la mano y nos fuimos caminando tomados de la mano hasta la puerta de casa, luego ella se fue.
Y ese fue mi mejor día, y el día que más añoro al recordarlo.
***
Con Mery hablamos seguido, a veces disimulo salir de compras para estacionar al costado de la carretera para charlar solo con ella, en el trabajo paso largas horas en compañía de sus charlas, y es que he descubierto a una Mery distinta., es charlatana por demás, se nota que es amorosa con su familia y con todo lo que la rodea. Desde que la vi la vez pasada, no dejo de pensar en ella y en esos lindos labios, quisiera volver a verla, y concretar una verdadera sita, donde podamos intimar, podernos dar esa oportunidad. Y se lo propuse, como era de saber, ella no podía, y es que debía tener una excusa para ello, no quise insistir, aunque moría de ganas de sentir su cuerpo junto al mío, de besarla de hacerle el amor.
Y nuestras charlas se hicieron más candentes con el correr de los días, ella también deseaba lo mismo, pero dijo —deberíamos esperar la oportunidad vendrá sola, no desesperemos— y yo entendí a qué se refería.
Y pronto llegó el día de abrir la segunda caja, no sabía que me esperaría al abrir esa pequeña cajita, pero decía abrir 28 de octubre.
Llegue tarde del trabajo, cene algo liviano y le dije a Malena que iría al ático a descansar un rato, necesitaba un descanso mental, ella me miró e hizo una mueca con los labios guiándolos hacia un lado y asentando con la cabeza, creo que no creyó lo que le decía.
Al entrar al ático, abro el frigo bar y saco una cerveza, coloco el disco de Kiss, Alive III, saco la pequeña caja, me siento en mi sofá, y me dispongo abrirla, esta tiene un listón rojo, antes de sacarlo por completo, recibí un mensaje de Mery, deje la caja a un lado y leo su mensaje, este me preguntaba sobre si realmente quería estar con ella, que existía la posibilidad dentro de unas semanas, no tardé en responderle, y le dije que sí, ella me dijo que tenía una cita con su médico, pero éste le había cancelado para más adelante, ella no diría nada si yo accedía a un encuentro con ella. No dude en responderle que sí, terminamos la charla con un saludo cordial. Creo que luego de eso necesitaba algo más fuerte que una cerveza, pero desistí, y continúe con la caja, dentro había una llave, como las de algún locker, mire dentro de la caja y había una carta, ésta decía:
Querido y viejo amor.
Como verás es una llave, si ves bien notarás un número en ella, y pertenece a un locker. Bueno aquí va mi explicación del porqué una llave.
Una vez en la escuela, creo que fue un 21 de septiembre, estábamos festejando el día del estudiante porque recuerdo que estábamos en el patio trasero de la escuela, era como un campo, ¿lo recuerdas?, bien ese día jugamos a un juego llamado en busca del tesoro, nunca encontré el tesoro, pero siempre me gusto haberlo jugado, y por eso que desde el día uno, en que nos contactamos, me dispuse a hacer este tipo de juego contigo. Me pareció divertido, emocionante, e intrigante. Bueno acá comienza el juego y al final de éste encontrarás algo muy muy especial, que irás descubriendo a lo largo del tiempo que te lleve abrir las distintas cajas.
La llave que posee esa caja pertenece a un locker del shopping de Lomas. En estos días te estuve haciendo preguntas sobre lo que quieres, te gusta etc., sea lo que sea que encuentres espero que lo disfrutes.
Sí, es cierto, todo el tiempo me pregunto cosas y yo re tonto decía cualquier boludez, bueno mañana iré a ver que me depara mi destino con ese locker. Solo espero que no sea otra mermelada.
Me quede pensando en la carta, como sabía que yo seguiría hablando con ella, cada día me sorprende más, siempre está un paso adelante, pensando en todo, y sobre todo sorprendiéndome, cada día la quiero más.
***
Una vez en el trabajo, y siendo casi el mediodía, me doy cuenta que no me ha mandado ningún mensaje Mery, no quise importunar, pero no pude contenerme, y le mande un mensaje, ella respondió al cabo de unos minutos, para ser preciso, diez, que no podía conversar conmigo hasta las cinco de la tarde. Me sentí un idiota, y es que deseaba tanto conversar con ella.
Salí temprano del trabajo para ir por lo que habría dentro de ese locker, iba tranquilo en el auto, escuchando algo de música, cuando llega el mensaje de Mery, tome el celular y mientras manejaba leía su mensaje, este decía, “que suerte que hoy hace calor”, y nada más, le respondí si está lindo para un helado, segundo más tarde, “yo creí que te gustaría una cerveza”, sonreí al leer eso, y conteste, estaría buenísimo si la comparto contigo y ella ya no volvió a responder.
Al llegar al shopping busco el locker (5390) y al ubicar el casillero coloco la llave la giro, no sin antes respirar profundo, temía que me jugara una broma, pero abrí la puerta y había tres cupones dos era para dos helados, y el otro cupón era para dos cervezas, todos eran para usarlos en los locales del mismo shopping, — ¿y bien Mery que quieres ahora? ¿Qué me siente a disfrutarlo solo?— dije en voz baja, y me dije ¿y por qué no?, ya estoy acá, hace mucho calor, porque no he de tomarme una cerveza, y me dirigí a cambiar el cupón. Me senté en una mesa frente al pasillo, tomé el celular y le escribí a Mery dándole las gracias, la verdad que me vino bien porque hacía muchísimo calor, puse en el mensaje, cuando segundos más tarde escuchó, —el cupón decía dos, donde está la mía— dijo ella detrás de mí pasándome su mano por mis hombros como arañándomelos y se sentó en la silla de enfrente. Me quedé mirándola por unos minutos, sin decir nada, ella solo me miraba sonriendo y mordiéndose los labios, era evidente que estaba nerviosa. Le volví a dar las gracias, y le pregunté ¿Cómo supo que vendría hoy?, respondió, —simple, la curiosidad mato…*— y sonrío nuevamente, deseaba besarla, pero ella no estaba allí solo para verme a mí, me dijo que sus hijas estaban en el curso de danzas, y mientras ella pasaba el tiempo paseando en el shopping. Tuvimos una linda tarde, tomamos las cervezas, charlamos y en el estacionamiento bajo el shopping nos besamos nuevamente por un largo tiempo. Al despedirnos le pregunté qué habría en las siguientes cajas, ella me mira y me dice no hay nada en especial, solo espera a la última.
Llegue a casa y Malena no estaba, Carol tampoco, subí al ático, cerré la puerta con el cerrojo, y guarde los cupones de helado en la caja N° 2, no sin antes mirar al dorso de ellos, tuve un ligero presentimiento de que tendrían algo al dorso, y sí, así era, uno decía “recuerda siempre este momento”, y el otro decía “en la vida, todo vuelve”, —¿Qué me habrá querido decir, con en la vida todo vuelve? —.
Después de abrir otra cerveza, coloque otro disco de Kiss, mientras me relajaba en el sillón pensaba en ella, y supe que quiso decir con “en la vida todo vuelve”, y se refería a que ella volvía a la mía y yo a la de ella.
* La curiosidad mato al gato:
1 Se usa para advertir que alguien está indagando asuntos peligrosos que no son de su incumbencia.
2 el refrán se refiere a que a veces no es adecuado curiosear demasiado en algo.
***
No recuerdo la razón del porque rompimos con Mery, pero recuerdo bien la vez que ella rompió mi corazón. Ella era hermosa y tenía muchos admiradores y a pesar que yo era el número uno, porque SI lo era, y aunque ya no me quería como tal. Ella comenzaba a charlar con otros chicos del colegio y recuerdo que en la semana de la dulzura había recibido muchísimos chocolates y bombones.
En la semana de la dulzura se acostumbra a dar un beso por una golosina, yo solo tenía un chupetín para obsequiarle, pero me lo guarde en el bolsillo, era evidente que no lo iba a querer, ante tantos deliciosos chocolates, y me quedé con ganas de recibir un beso, el primer beso, ella le daba besos a todos aunque no en los labios como los que yo le quería dar, los quería cagar a trompadas a todos, pero solo sufría en silencio.
Hoy era el día de abrir la tercer caja, como era sábado y estaba solo en la casa, subí al ático y antes de abrir la caja, la sacudí para escuchar que podría ser lo que contenía dentro, —debe de ser otra llave, aunque suena diferente— me dije. Desate el listón verde y vi que no era una llave, sonreí al ver su contenido, y tome el chocolate que contenía la caja. Era un “Dos Corazones”, estos chocolates son dos cubos pegados con un corazón tallado en la superficie, y traen un pequeño poema escrito en un sticker, este decía: “Toda vez que me miraste tan especial, presuroso te di un beso, debajito del nogal”, sentí nostalgia por Mery de la infancia.
Y volví a ver dentro de la caja, había una carta.
Querido y viejo amor
Hoy no habrá ningún juego de buscar el tesoro, te obsequio este chocolate por los que no te pude dar en la primaria y a lo largo de este tiempo. Que lo disfrutes. Con mucho cariño a mi querido y viejo amor.
Mery me volvió a sorprender, tome el teléfono y la llame, contesto con la frase de “hola querido y viejo amor” me di cuenta de inmediato que no estaba su esposo cerca, le di las gracias por el chocolate y le pregunté ¿Cómo recordaba mi cumpleaños, y sobre la carta de la segunda caja? Supongamos que yo no hubiera seguido con la conversación o solo e aceptaba la solicitud del Facebook, y ella me frenó antes que siguiera preguntando, —existe una cómplice en todo esto— me dijo —lo he estado planeando desde hace días antes de enviarte la solicitud, y el cartero no era cartero, era un amigo mío—. Me reí de tal forma que se pudo escuchar desde afuera la carcajada que di. Le pregunte quien es la cómplice y me respondió —Griselda—.
—hace un tiempo que nos visitamos y siempre hablamos de nuestra infancia, y lo mucho que nos queríamos, y ella me comento que tú también hablas de mi con ella cuando suelen encontrarse, por eso me surgió la idea de las cajas— dijo Mery
Luego de que me haya explicado, y la verdad que me sorprendió muchísimo saber cómo hizo todo esto, pero no termine mi conversación con ella sin antes preguntar por las siguientes cajas, dijo que debo de tener paciencia y abrirlas a su debido tiempo. A veces me pregunto ¿Cómo no la busque antes? Es maravillosa, la quiero cada día más.
***
Estando en el patio disfrutando de la linda noche que nos regala el cielo, todo despejado en un profundo azul noche., entre a la casa a buscar una cerveza y unos snack para seguir contemplando la noche estrellada, se podía contemplar el cielo debido a un apagón de luz, de lo contrario no se podría apreciar el cielo, y eso me trajo a mi mente un recuerdo de Mery., no dude en enviarle un mensaje, a esta hora seguramente estaría dormida, o teniendo sus obligaciones conyugales, como ella lo llamaba, sonreí al recordarlo, ella respondió, saludándome con “hola querido y viejo amor”, ya se hacía una frase común en ella, siempre me saludaba de esa manera, me gustaba que lo hiciera, —¿Qué haces? — le pregunté, —nada, estoy leyendo un libro— respondió.
Y nos pusimos hablar un buen tiempo, alrededor de una hora aproximada. Malena se despertó y vino hacerme compañía trayendo otra cerveza, le envié un último mensaje diciéndole que fue lindo recordar el momento en que fuimos al planetario, aunque yo morí por dentro en aquel entonces, concluí la oración. Después de terminar la cerveza me dispuse a ir a la cama a descansar, mañana me esperaba otro día laborar.
Al cabo de unos días llegó el momento de abrir la cuarta caja, como siempre, llegue del trabajo me di un baño y me dispuse a encerrarme en el ático y descubrir con qué me encontraría esta vez. Esta vez la caja tenía un listón amarillo, y como era de esperar otra llave de algún locker, con la diferencia que no había ninguna carta dentro, solo en el fondo escrito la palabra “llámame”. Antes de llamarla puse un disco de Kiss “Unplugget”, me senté en el sofá, y marque su número, respondió nuevamente con un “hola mi querido y viejo amor” supe que no estaba cerca su esposo, — hola hermosa — le dije, y ella me preguntó por la caja, le respondí que ya la he abierto, me dio las instrucciones, esta vez debo tomarme todo un día para disfrutar del obsequio me dijo. Concluí la conversación con un “deseo verte pronto”, —nos estaremos viendo la semana próxima, ¿no recuerdas? — dijo, y sentí esa extraña sensación en mi estómago nuevamente, cada vez que siento eso me sumerjo en un éxtasis de deseos de querer tenerla entre mis brazos. Me había olvidado de que me tenía que encontrar con Mery el próximo viernes, y que Luis me había pedido que cuidara su casa mientras él se tomaba unas vacaciones., se lo comenté a Mery y pregunto si existe la posibilidad de que nos viéramos allí, y sin pensarlo, dije que SI. Luego de colgar con ella me relaje en el sofá y me quede dormido con total placer en mi interior, me sentía feliz por que llegara pronto el viernes.
Hoy fui a buscar mi sorpresa, debía de entrar a un supermercado, en complicidad con la cajera de éste, Mery dejó en un locker algo para mí, puse la llave que abría éste y dentro había una carta.
Querido y viejo amor.
Para hoy tenía otra sorpresa, pero la he cambiado para poder reivindicarme por el mal momento que te hice pasar aquella vez que fuimos de excursión al planetario. Te dejo dos entradas para que lleves a quien más quieras contigo a una muestra de estrellas en el planetario, si la aprovechas hoy verás la importancia de mi reivindicación. Con cariño Mery.
Me tome unos minutos en pensar a quién podría llevar, y me dije — ¿porque no he de llevar a Carol? —, tendríamos una salida de padre e hija. La llame para que se vaya alistando y así pasar por ella he ir a pasar la tarde al planetario, nunca más he vuelto a ir allí, no sé con qué me encontraré, pero viniendo de Mery será fantástico aprovechar esta oportunidad.
A Carol le pareció fabulosa la idea de que saliéramos juntos, ella no había ido al planetario desde que iba a la primaria, y volver a ir, le dio una alegría inmensa, parece que ella lo ha pasado bien cuando vino, ¿en cambio yo?, yo sufrí mucho escuchar cómo se le declaraba Darío y le decía un sinfín de veces que la amaba, yo me encontraba sentado en la fila de adelante, por lo tanto podía escuchar todo lo que ellos hablaban, me partió el corazón en aquel entonces, espero que esta vez, se reivindique como ella dijo.
Una vez allí adentro, con Carol nos sentamos en el medio de la sala, no recordaba lo cuán grande era ese lugar, la sala estaba repleta, antes de que se apagaran las luces produje un gran suspiro de añoranza y melancolía. El presentador comenzó pidiendo que apagáramos los celulares no usemos cámaras y que disfrutemos de la función de estrellas. El tema de hoy es sobre leyendas de estrellas que se aman, que alguna vez se amaron, y su amor perdura a través de miles y miles de años. Dibuje en mi rostro una bella sonrisa el saber del porqué Mery deseaba que viniera hoy.
Cuenta una leyenda en Japón que una princesa de excepcional belleza, llamada Orihime (la estrella Vega, en la constelación de Lyra), que se enamoró de un pastor llamado Hikoboshi (la estrella Altair, en la constelación de Aquila).
Orihime (la Princesa Tejedora, en japonés) era una magnífica tejedora, y era hija de Tentei (el Rey Celestial). Ella tejía magníficas telas a la orilla del río Amanogawa (la Vía Láctea), y debido a su trabajo (tejía de sol a sol), no podía conocer a nadie de quien enamorarse. El rey entonces concertó un encuentro entre su hija e Hikoboshi (el Pastor de las Estrellas), al conocerse, ambos se enamoraron de inmediato y al poco tiempo, contrajeron matrimonio.
Sin embargo, tras la boda, Orihime descuidó sus labores textiles e Hikoboshi hizo lo mismo con su rebaño de estrellas, que se desperdigaron por todo el firmamento. Furioso, el rey Tentei los separó en el cielo, dejando uno a cada lado del río Amanogawa. Desolada por la separación de su esposo, Orihime le imploró al padre que le permitiera verle de nuevo. El rey, conmovido por las lágrimas de su hija, les permitió verse el séptimo día del séptimo mes lunar a través de un puente tendido que atravesaba el río Amanogawa. Actualmente en Japón se celebra el festival de Tanabata para conmemorar el encuentro entre los dos amantes después de un largo año de espera. Este mito es la explicación de un fenómeno que se aprecia por esas fechas, en el que las condiciones lumínicas hacen que se atenúe el brillo de la Vía Láctea, pareciendo que se tiende un puente entre ambas estrellas
Al finalizar la presentación y el show de estrellas fugaces y muchísimas cosas más hechas con láser, fue un espectáculo, realmente me gustó muchísimo la invitación, tome el teléfono y le escribí un mensaje a Mery agradeciéndole el gesto que tuvo, y que realmente he disfrutado de su obsequio, ella respondió con un “me alegro por ti, tu siempre estuviste en mi corazón, y hoy solo quiero hacerte feliz”, y vaya si me siento feliz, últimamente soy muy feliz y gran parte es por ella. Le volví a mandar otro mensaje diciéndole que la próxima salida correrá por mí cuenta, ella respondió “está bien te tomo la palabra” y se despidió de mí diciendo hasta la próxima querido y viejo amor.
Con que sorpresa me encontraré en las próximas cajas, solo restan cuatro.
***
Que nervioso que me siento, dejé todo arreglado para el encuentro con Mery mañana…
No pude dormir en toda la noche, Malena me pregunto esta mañana que me había sucedido anoche que estuve inquieto y di miles de vueltas en la cama, yo no supe qué contestar, le dije que estaba nervioso por unos problemas en el trabajo y que esta noche dormiría en la casa de Luis, ya que él estaba de vacaciones, ella respondió — bien, puedo decirle a Susan que venga unos días en casa, mientras vos estarás cuidando la casa de Luis — dije que estaría bien que su hermana estuviera unos días con Malena en casa, eso distraerá a Malena de que sospeche que estoy viendo a Mery.
Esa tarde la espere dentro, aromatice el ambiente con velas aromáticas, lindo detalle de un hombre que va a cometer el pecado de la infidelidad con la mujer que más amo y que no era su esposa. Eran como las siete de la tarde, cuando suena el timbre, abrí la puerta y estaba allí, oh por dios los deseos de tomarla fuertemente por la cintura y besarla muy apasionadamente, me los tuve que guardar hasta que ella haya entrado, nunca se sabe que ojos curiosos nos estarán mirando, en esta ocasión no está de más el dicho “pueblo chico, infierno grande” y aquí dentro había algo más que fuego, y me refiero a mis emociones y deseos. Una vez adentro Mery dejo su bolso sobre el sillón, y comenzó a observar cada rincón de la casa, creo que era por el nerviosismo que sentía, yo estaba igual. Le ofrecí algo de tomar, y ella dijo — agua, solo agua, gracias—
Me acerque a darle el vaso, ella solo tomo un sorbo y lo dejo sobre la mesa ratona del living, me pare frente a ella contemplándola, respire hondo y di un paso para besarla, ella dio el otro paso, nos besamos tome su rostro con ambas manos y luego el brazo derecho lo repose en su cintura apretándola fuertemente contra mí, quería que sintiera mi calor, ella tenía sus manos en mi espalda, sentía como dibujaba con sus uñas un sinfín de caminos de arriba abajo, le comencé a dar besos en el cuello, descubrí que le daba cosquillas por no poder expulsar esos gemidos, le dije que nadie nos escucharía, y ella se soltó, puse mis manos en sus nalgas y la sujete firmemente sobre mi pelvis, ella me saco la remera y comenzó a besarme el cuello mientras yo desprendía su blusa, nos tiramos al piso sobre la alfombra de imitación persa “horrorosa para mi gusto”, no me importo nada, ella estaba encima mío, desprendió mi pantalón con esas manos ágiles de quien tiene experiencia de sobra de cómo hacerlo, no sé cómo hizo pero me saco los pantalones con el pie dejándome solo en boxers, se sentó sobre mí, yo me senté y comencé a besarles los pechos, acariciándole la espalda y colocando mi mano izquierda en su zona baja, gracias a dios llevo una pollera, se la levante sacándola por arriba, no me resistí y rompí su ropa interior baja, ella no dijo nada, me dio un empujón para que yo me vuelva a recostar, sostuvo mis manos sobre mi cabeza y me beso el cuello y luego fue bajando, se detuvo en la zona del estómago besándome y pasando esa lengua peligrosa, fue bajando muy lento y al llegar a la zona pélvica , oh rayos si les contara que delicioso se siente que te besen como lo hace ella, metió su lengua por debajo del boxers y luego con sus manos los bajo muy lento, la perversidad de esa mujer de hacerme desear que me haga el sexo oral, pero la deje que lo haga como ella se sienta cómoda, dio unos besos arrastrando su lengua por todo mi pene hasta que se lo introdujo casi todo en su boca, una y otra vez, y otra vez, hasta que tuve que detenerla, no quería terminar tan rápido, es que estaba tan excitado con esa forma de hacerme el sexo oral, pero ahora era mi turno. La puse debajo y con mis piernas abrí las de ella, bese sus pechos y fui bajando lentamente hasta su pelvis, y así como ella me hizo sufrir en esperar a que baje del todo, lo hice yo, le introduje dos dedos, estaba mojada y muy excitada, le hice sexo oral, ella gemía de placer, le pedí que se diera vuelta, la tome por debajo de sus cadera para que se ponga en cuatro patas y le introduje mi miembro, y en el vaivén acabamos juntos. Al cabo de algunos minutos volvimos hacer el amor.
Y así fue, nuestro primer gran encuentro, uno de los tantos que tendremos.
***
No fui al trabajar, me tomé el día para estar en el acto de mi hija, es el traspaso de banderas, ella recibía la bandera nacional, me sentía orgulloso de ella, se veía hermosa., y como no recordar la vez que fui abanderado, recuerdo ese día muy bien porque Mery me escoltaba, me sentía feliz por compartir tan bello momento junto a ella.
Hoy debo revelar que hay dentro de la quinta caja, así que me prepare una picada* con un rico salame y queso caseros que me trajo Luis de Córdoba. Cerré la puerta con el cerrojo, y puse nuevamente un disco de Kiss, esta vez fue a la zar Kiss Symphony: Alive IV, muchos me preguntan ¿Por qué me gusta escuchar discos de vinilo? Y mi respuesta es, que escuchar música en ello, tiene otro gustito, el sonido que hace de la aguja al arrastrarse sobre él, la atención que se le debe de dedicar, un antes y después de colocarlos sobre la bandeja, el pasarle la franela, el conectarse con el disco, te lleva a ese momento que lo elegiste en la disquera, hasta que lo sacaste en casa para olerlo y colocarlo en el toca disco, escucharlo por primera vez te llena de orgullo por ser unos de los privilegiados de ser poseedor de ese disco, y lo soy.
Tome la caja, aunque esta, ésta envuelta en el mismo papel que vino la caja grande, papel madera con besos por doquier, esta tenía un listón de color violeta, me senté en el sofá y me dispuse a desatar el lazo, al ver lo que era no podía creer, esta mañana recordaba este momento, y ahora tengo en mis manos una fotografía de ello., me sentía algo nostálgico, melancólico, nunca pensé ni siquiera tener en mis manos un recuerdo tan emotivo como la vez que fui abanderado y junto a Mery. No era una caja era un marco rectangular con un vidrio que cubría todo un lado, y dentro estaba la fotografía, al dorso de este había un sobre pegado, y la carta que estaba dentro decía.
Querido y viejo amor:
No sé si tendrás esta fotografía, pero en caso de no tenerla quiero regalarte una copia de ella, y así poseer un grato recuerdo de un maravilloso momento, con amor, a mi querido y viejo amor.
Coloque el cuadro encima de mi repisa, justo en medio de los trofeos de campeonatos de futbol y trucos en el club, era algo que para mí tenía valor sentimental, y emocional.
*Picada: Se denomina picada a un entrante típico de la gastronomía Argentina y Uruguaya, que se compone de varios alimentos servidos en pequeñas cantidades, de manera semejante a las tapas españolas, aunque mantiene muchas más similitudes con el antipasto italiano.
***
Con todo esto de fin de año, y etapas que se terminan, como no recordar mi fiesta de egresado, el baile, la fiesta de fin de curso, nuestro último gran show, cuanto añoro ese momento, me siento tan nostálgico. También recuerdo cuando la maestra una semana antes nos preguntó a todos donde seguiríamos la secundaria, fue una tristeza escuchar que Mery no iría al mismo colegio que yo, y temía no volver a verla nunca más. Pero también en esa semana nos han pasados cosas muy lindas, organizar el baile de egresados, donde tuvimos que colaborar todos los alumnos en limpiar ese galpón mohoso, oscuro y lleno de hojas, tierra y vaya a saber cuántos animalejos se nos fueron escabullendo por los rincones, pero todos colaboramos felices, era nuestra fiesta., y cuando finalmente dejamos limpio el salón, ahora sí, se lo podía llamar salón.
Una vez que lo limpiamos todo Mery también colaboró con la limpieza, y aunque yo la amaba ella ya no me miraba como cuando éramos novios, y el corazón se me partía debido a su desinterés. Ella pasaba más tiempo con los chicos del otro curso y yo solo la miraba desde lejos, me dolía no poder ser ya su amigo, o su mejor compañero como ella me dijo una vez, sentía que se convertía en una chica popular, y la ilusión de que algún día vuelva a ser mi novia se iban desvaneciendo.
Hoy me toca ver que contiene la sexta caja. Ya era un ritual, cerrar la puerta, tomar una cerveza del frigo bar, sacar la caja del escondite detrás de los discos, poner un álbum de Kiss, y relajarme en el sofá. Al tomar la caja tuve una extraña sensación, algo como angustia, un dolor en el pecho, sentía ganas de llorar, la razón del porqué de esta extraña sensación no sabré explicarles, pero fue hasta que desate el hermoso listón dorado y abrí la caja que vi el porqué, llámenlo presentimiento, ella me regaló una fotocopia plastificada del distintivo de egresados, en el dorso de esta estaban las firmas de todos los alumnos de 7mo grado, y mi firma estaba en él, y fue ahí que largue esa lágrima atorada en mi garganta, la firma decía Thomas por siempre y un corazón con nuestras iniciales, y debajo de estas una siglas UPS, unidos para siempre.
Gracias nuevamente Mery por traerme tan bellos recuerdos, puse en el mensaje que le envíe, pero no era cierto del todo, sí eran bellos los recuerdos porque me recordaban a mi infancia, pero no al dolor que estoy sintiendo al recordar que después de haber terminado la primaria nunca más volví a ver a Mery.
Es tan lindo recordar esos momentos, te causan, un sin fin de emociones, que van de una inmensa alegría, a un llanto repentino, y es que en la vida pasan estas cosas, los recuerdos te transportan al pasado, y la realidad te golpea.
Media hora más tarde llama Mery, —siempre estuviste en mi corazón— dijo ni bien respondí a su llamado.
***
En estos últimos días he estado conversando mucho con Mery, me hace compañía en mis tiempos libres, a veces hacemos el chiste de planear una vida juntos, ella es muy soñadora, en muchas oportunidades escucho como su voz comienza a temblar trasmitiéndome los mismos sentimientos, y al no verla pero escuchar cómo le tiembla su voz para no llorar, eso me duele porque no es mi intención que suceda, pero son sentimientos que no se pueden cambiar, están dentro de uno, y yo me siento igual. El imaginar tener una vida juntos es muy lindo, pero imposible, yo no podría dejar mi familia, ni ella a la suya, pero siempre es lindo imaginarnos el estar juntos en algún lugar de este mundo, despertar uno junto al otro, pasear tomados de las manos, podernos besar en público, amarnos sin que nadie nos juzgue por haber elegido el estar juntos.
Mery me pregunto en qué lugar del mundo me gustaría estar junto a ella, y mi respuesta fue breve, para mí no existe otro lugar más hermoso en este planeta que la Provincia de Salta. Al responderle eso ella me dijo que ella siempre deseó conocer Salta, y que pronto iría con un grupo de fieles a la virgen del cerro. Yo no tuve la mejor idea de invitarme a ir con ella, y luego pensé, ¿y por qué no iría? Siempre que puedo me voy solo, y le pregunte si le gustaría verme allá, su respuesta fue un fabuloso SI.
Luego de charlar con Mery y una vez en casa, Salí a caminar, puse como excusa sacar al perro a pasear, en mi casa estaban las amigas de mi hija, y mis cuñadas, no había espacio para un hombre, ni encerrándome en el ático con los auriculares puestos, se podría escapar de sus bulliciosas carcajadas y griteríos, no podría tener unos minuto de paz para mí. Entonces tome la correa que colgaba detrás de la puerta de calle, llame al perro por su nombre, — ¡Bobby, vamos!— dije e hice sonar las chapas que cuelgan de éste, Bobby en un segundo estaba junto a mí, feliz de salir a pasear, — ¿tú tampoco quieres estar con estas mujeres? — dije, el can me miraba moviendo la cola para que le coloque pronto su arnés y así salir a caminar por el vecindario. Al llegar al parque solté a Bobby para que jugara con los demás perros, me senté en un banco y mientras observaba a Bobby que no se meta en problemas con los demás canes, pensaba en la propuesta de Mery, no me parecía descabellada la idea de encontrarnos en Salta, de hecho últimamente voy solo a todos lados, Malena nunca sospecharía de nada, la última vez me fui solo junto con mi hermano y nunca me hizo un desplante de ello, sonreía mientras me imaginaba el estar con ella allí, y entre un suspiros de nostalgia, escucho la voz de alguien conocida a mis espaldas, sentí un escalofrío, los vellos del brazo se me erizaron por completo, no podía creer la voz que acababa de escuchar y temí voltearme para constatar de que era ella quien me hablaba. Se sentó junto a mí disimuladamente, para no levantar sospecha alguna en el vecindario. Le pregunté que hacía en ese lugar, ella respondió que sus padres seguían viviendo en el mismo lugar de siempre, y por tal motivo vino a visitarlos, me señalo una perra que jugueteaba con mi Bobby y me dijo —esa es la perra de mis padres la traje a pasear un rato aquí— y mi rostro nuevamente se llenó de felicidad y le dije —pues ahora no sólo seremos amantes, sino que parientes también— y le señale a los perros, la perra estaba en celo, nos reímos tanto que no pudimos hacer nada, los canes no conocen de intimidad ni de vergüenza, es su naturaleza, y los tuvimos que dejar allí, que completaran el coito. Entre las carcajadas, sin querer tome su mano, no me di cuenta de lo que hacía fue un impulso, ella me miró desconcertada, y retiro su mano casi de inmediato, me sentí un tonto, no era algo que hubiese planeado, fue solo un impulso y le pedí disculpas, ella solo dijo —descuida, me tengo que ir, lo siento mucho—, se levantó, llamó a la perra y se fue en silencio.
Nunca pensé sentir ese sentimiento de frialdad de su parte, —solo le tomé de la mano— dije. Me quedé en silencio un rato más sentado en el banco, pensando que fue lo que paso, y no pude pensar a lo que realmente fui allí, llame a Bobby le coloque la correa y nos devolvimos a casa.
***
Hoy tengo que abrir la séptima caja, me la lleve al trabajo para abrirla allí, y en caso de ser lo que estaba pensando, podría ir después del fin de mi jornada. Mery me mandó un mensaje casi al mediodía, recordandome el juego de buscar el tesoro. Le respondí que estaría feliz de volver a encontrar cupones de cervezas, hacía casi 40 grados de sensación térmica y siendo viernes, no importaba el horario de llegar a casa. Ella solo dijo “sorpresas te da la vida”, y no volvió a responder.
Abrí la caja en mi hora libre, el listón era naranja, tenía un suave aroma a asar, lo guarde en mi Ataye, y sí, otra llave, en el fondo decía llámame. La llame casi a la hora de salida, ella me dijo que la llave es del mismo lugar donde recogí las entradas para el planetario, y me dirigí hasta el supermercado. La cajera nuevamente era cómplice de Mery y me dijo a cuál locker pertenecía, al abrir la puerta encuentro una carta que decía:
Querido y viejo amor para ser acreedor de este obsequio debes de esperar hasta la fecha de abrir la siguiente caja, y ve preparando tu equipaje. Hasta entonces con afecto tuya por siempre. Mery.
No supe que hacer ni que decir, me quede dentro del auto pensando en esa última línea, “ve preparando tu equipaje”, ¿se me cumplirá el sueño de estar con ella?, mi corazón comenzó a palpitar tan deprisa, me sentí ahogado, emocionado, quería hablar con alguien, el deseo de gritar de felicidad no era algo que me sucedía a diario, hasta ahora no le dije a nadie de mi relación con Mery, de nuestros encuentros, y quise hablar con Martín, pero entre el nudo en mi garganta y sentir que me temblaba todo el cuerpo, no pude tomar el teléfono, me temblaban las manos, y con ojos sollozos tome el volante coloque mi cabeza sobre este y me largue en llanto de felicidad, algo como esto no te sucede dos veces en la vida.
Una vez que me desahogue, llame a Mery, sentía la necesidad de saber qué es lo que ella pensaba hacer, qué planes tiene en mente, pero no atendió mi llamado. Estuve manejando sin sentido alguno, pero el calor de afuera me llevó en dirección al shopping donde nos encontramos la vez primera, deseaba tomar unas cervezas, o simplemente recordar el primer encuentro de este juego. Caminando dentro en busca de un lugar donde sentarme y disfrutar de una cerveza, la veo sentada leyendo un libro, estaba sola, me acerque con cuidado mirando en toda dirección para ver si realmente estaba sola, y no con su esposo e hijas. Me senté frente a ella y le ofrecí algo de tomar, ella levanto su mirada muy sorprendida y boquiabierta suspirando lentamente, dijo —quiero beber el néctar de tus labios— me levanté inclinándome hacia ella, doy gracias que la mesa era chica, tome su cuello por la nuca y la bese dulcemente. Creo que esa fue la primera vez que sentí amarla con locura, deseoso de poseerla nuevamente le ofrecí a dar una vuelta en el auto, ella dijo no poder ir, sus niñas estaban en clases de baile, y que pronto se haría la hora de ir por ellas. Caminamos juntos hasta el estacionamiento, donde nos besamos apasionadamente un buen rato, jamás olvidaré esos labios, esos senos, siempre que tengo la oportunidad de acariciarlos, los acaricio con delicadeza. No tuve la oportunidad de preguntarle por la frase de ir preparando el equipaje, ella se fue casi de inmediato. Yo subí al auto y conduje a casa, feliz por poder haber visto a Mery y por haber tenido ese impulso de ir hasta allí, y encontrarme con ella aunque sea unos minutos.
***
Hoy desperté con dolor de cabeza, no me sentía bien, entre al baño y tuve esa extraña sensación en el estómago, la cena de anoche me ha caído mal o el almuerzo de ayer, el calor infernal por el que estamos pasando en estos días es asfixiante, y antes de dar un siguiente paso me rendí frente al excusado, estuve de rodillas suplicando para no volver a vomitar, abrí la ducha y me senté debajo de ella, con pijama puesta, no me importó que se mojase. Malena me ayudó a despojarme del pijama, me trajo una toalla y me ayudo a levantarme del suelo, me ayudo a llegar a la cama donde descanse toda la mañana, ella llamo al trabajo ofreciendo disculpas por mi ausencia, y pasar informe del estado deplorable en el que me encontraba.
Dormí toda la mañana, y ya pasado del medio día me levante para beber un poco de agua, y note que no había nadie en la casa, me sentía como Macaulay Culkin en Mi pobre angelito, caminando despacio llamando a alguien de la familia, alguien que me escuchara, ni Bobby estaba para dar un ladrido de alegría. Al llegar a la cocina, sobre la mesada, una nota de Malena, “nos fuimos a la casa de mamá, volvemos por la tarde”. Buenísimo dije, tengo toda la casa para mí solo, y ya que me encontraba mejor, me senté en la sala a mirar alguna película, —mierda, uno paga fortuna para tener el cable, y lo único que te pasan son todas estas películas de amor— dije tirando el control sobre el sofá. Me recosté en él, coloque mis pies sobre el puff de Carol, y me relaje. Estaba comenzando una película de unos diez años atrás aproximados, “Pequeño Manhattan” en los primeros 15 minutos de la película, me sentí completamente identificado, hasta la niña llevaba el nombre de Mery. La descripción de los sentimientos, eran tan reales a los que sentí la vez primera que vi a Mery, no pude contenerme, y llame a Mery.
Ella me pregunto por si me gustó el obsequio de la octava caja. Me quede mudo por unos segundos sin saber que contestar, no recordaba de la fecha, entré en un trance de nebulosa mental, y me levante a toda prisa y corrí hasta el ático, tome la última caja y vi la fecha, mire el calendario en la pared y llevaba sin abrirse, dos días. Busque mi celular y lo había olvidado abajo, volví por él, cuando de repente llegó Malena y me vio con la caja en la mano., no se pueden imaginar mi rostro, pálido enmudecido con ganas de volver a vomitar, el teléfono sonando en el sofá, y Malena preguntándome que me sucedía. Muy disimuladamente le negué la llamada a Mery, coloque la caja en mi bolsillo y le dije a Male que no me sentía muy bien, que volvería a la cama, pero antes entre al baño a abrir la caja. La caja tenía un listón blanco transparente (organza), en el interior no había nada y la mire por todos lados a ver si tenía alguna clave escondida, pero debajo de la tapa tenía una imagen, era de una lamparita con el símbolo de prohibido, de inmediato supuse a que se refería, y apague la luz, en el interior de la caja había unos números luminosos, sonreí al ver cuán ingeniosa es Mery, tiene cada ocurrencia, y le escribí un mensaje disculpándome por haberme olvidado de abrir la última caja. Y también me intrigaba saber qué significan esos números.
Ella respondió “hay tiempo aún de buscar tu último obsequio, pero debes ir preparado para una mayor sorpresa”. Sentí una enorme felicidad, entre ganas de gritar y llorar de emoción, me puse a bailar dentro del baño como un bailarín de rap.
Y después de hacer mi baile ganador, me di cuenta que no me dijo que son esos números. Qué es lo que debo hacer, y le volví a enviar otro mensaje. Respondió “busca el locker con esos números debajo de éste estará la llave que lo abre. Está ubicado dentro del aeroparque, suerte con ello”, “no olvides las maletas”. Concluyó su mensaje.
—no, no puede ser — me dije tomándome la cabeza con una mano mirando el espejo, no puede ser que me esté pasando esto, tan repentino, — ¿será lo que estoy pensando? —, mire el reloj y eran las 15:11 de la tarde, no dude ni un segundo en cambiarme he ir a ver que contenía ese locker.
Le dije a Malena que iría al trabajo a terminar unos papeleos.
No tarde en llegar al aeroparque, y busque por el pasillo donde están ubicados los lockers y al hallar el que contenía el número de la caja, ¡maldición! Me había olvidado la caja, no podía volver a casa por la caja, entonces comencé a buscar por debajo de toda la fila de lockers, tenía la mano negra de la mugre que había debajo de eso, y busque por encima también, no encontré nada, me posé sobre ellos golpeándolos con los puños, y mire hacia mi derecha, y sobresalía una pequeña punta dorada de debajo de uno de los locker, me acerque y tome la llave, sonreí porque era como ella dijo, debajo del locker, y no note las hendiduras que había entre los de abajo y los de arriba, pero finalmente abrí el casillero, y al ver lo que había, no solo me hizo sollozar, hizo que entrara en la realidad, cerré el locker nuevamente dejando dentro el pasaje de avión a la ciudad de Salta, fui al baño a lavarme las manos, luego fui a la cafetería por un café, donde me puse a meditar y pensar bien en lo que realmente voy hacer con el pasaje, con mi familia, la fecha del viaje era para dentro de dos días, no había preparado una excusa, no podía ausentarme en el trabajo, no podía hacerle esto a Malena, a Carol., y entre un café y otro habían pasado tres horas. Me levanté y me fui a caminar por la costanera, el aire era agradable, el viento soplaba algo frío, traía aroma a lluvia de verano, algo a un olor a tierra mojada y pasto recién cortado, me pose sobre las barandas de material mirando el horizonte, pensé en Mery y en lo feliz que me hizo todo este tiempo, en los momentos revividos, en los recuerdos, las sensaciones y emociones, todo aquello que alguna vez me hizo tan feliz de niño, y que ahora siendo un hombre lo he vuelto a revivir, pero amo a mi familia, y la idea de irme a un viaje de placer con otra mujer que no sea la que elegí como mi esposa, hizo que entrara en razón, y que si tomaba ese vuelo y me encontrase con Mery en Salta, quizás después no podría volver a ver a mi esposa a la cara, no sabría qué explicación darle, y no hablemos de Carol, para ella lo soy todo, y ella no me volvería a verme como su héroe, lo podría perder todo.
Mire el reloj y note que eran casi las 21:00 horas y tenía que regresar a casa, mire el celular y vi tres llamadas perdidas de Malena, le devolví la llamada y le dije que estaba en camino, fui por el auto dejando los pasajes en locker.
Al llegar a casa, me dirigí al baño me di una ducha me acosté junto a Malena y le hice el amor como nunca se lo había hecho, mejor dicho como hace mucho que no lo hacíamos, le dije que la amaba, y que estaba feliz de tenerla a mi lado, ella se sorprendió, me miro posándose sobre mí, acariciándome todo el pecho, y me dijo —te he notado muy raro últimamente, cansado, ido, pensativo y muy preocupado, pienso que deberías de tomarte unos días de descanso— quería llorar, pose mi mano sobre su rostro y la bese tan dulcemente, y le dije —gracias corazón, la verdad necesito de unos días de descanso,¿ pero dónde podría ir? —. Ella no titubeó y dijo, —vete a Salta, me dijiste que te gusta mucho y la verdad cada vez que vienes de allí se te ve más feliz, tienes otro semblante en el rostro—, esas palabras me hicieron más feliz aún, no podría tener tanta suerte, pase de estar triste por abandonar un sueño a tener el permiso de hacerlo, obvio que Malena no sabe a qué iría realmente a Salta, pero me sacaba un peso de encima.
Esa noche dormí con total placer, que al despertar le volví hacer el amor a mi esposa.
***
Al día siguiente antes de entrar al trabajo fui al consultorio donde me atendieron sin ningún problema, ¿motivo por la cual visitaba al doctor? Inventé la excusa de que estaba estresado. El doctor me dio una semana de descanso, luego fui a la oficina presente el certificado, y volví a casa.
Malena cocinó mi comida preferida, milanesas a la napolitana, y no podrían faltar las deliciosas papas fritas, nos sentamos a almorzar los tres, charlamos de todo, sentía mucha felicidad y me sentía realmente bendecido. Luego de terminar el almuerzo y de ayudar a Malena en levantar la mesa y guardar los platos que Carol lavó, me dispuse a preparar mi equipaje para el viaje.
Esa madrugada le pedí a Malena que no me acompañe al aeroparque, que siguiera durmiendo, ya que era muy de madrugada, le di un beso y le volví a decir que la amaba. Salude a Carol con cálido abrazo y le susurre al oído “eres mi mayor tesoro, te amo más que a mi vida, cuida de mamá” le di un beso en la frente mientras dormía, cerré la puerta de su cuarto y salí rumbo a mi destino.
Al llegar al aeroparque, fui al locker tome el pasaje lo mire, y con un profundo suspiro me dirigí para hacer el check in y despachar la valija.
Una vez en el avión busqué mi asiento, me relaje y con todo el placer de saber lo que me espera al llegar a mi destino, disfrute del vuelo, que solo demora un poco menos de dos horas.
Al llegar al aeropuerto de Salta, fui a la cafetería a disfrutar de un buen café, lo necesitaba, estaba muy nervioso, no había hablado con Mery en dos días, le envié un mensaje y me contestó casi de inmediato, “¿llegaste bien?” Decía el mensaje, le conteste que sí, me envió otro mensaje donde me daba la dirección de donde hospedarme y como llegar. “Hostería del prado Salta, Paseo del prado 280, reportate en la recepción, ellos te dirán cuál es tu habitación, no te preocupes por el costo, está todo pago, y no te preocupes por nada más, solo disfrútalo”. Tome un taxi y me dirigí hasta el hotel. Bellísimo, la verdad que tiene un buen gusto Mery, en elegir lugar de relax y descanso, me presente en recepción donde un botone me acompaño hasta mi habitación, una vez que entre a la habitación en la cama había un sobre, éste decía “Thomas”, abrí el sobre y había una carta escrita por Mery
Thomas:
El tiempo me enseñó a esperar,
Me enseño a olvidar, pero no a olvidarte.
Me dio la dicha de volver a verte,
Pero no de tenerte para siempre.
Me dio la alegría de sentirte, de besarte.
De acariciarte, y poseerte, pero sólo por un instante.
Siempre estuviste aquí, dentro de mí,
Y lo estarás por siempre.
El tiempo nos da alegrías y tristezas,
Nos da felicidad, y melancolía.
El tiempo nos da y nos quita.
La esperanza es la que perdura,
Como lo estuvo en todo este tiempo,
En ella me aferro, para que el tiempo
Me vuelva a dar esta linda oportunidad,
De cruzarte en mi camino,
Ese camino que ambos tomamos
Por distintos destinos,
Pero estas aquí, frente a mí,
Y sé que pronto te vas a ir,
Por ese mismo camino.
El destino dirá si nos volveremos a cruzar.
Tal vez si, tal vez no, quien sabe,
Y por eso no pierdo la esperanza,
Que fue la que nos trajo hasta aquí.
Solo Dios dirá,
Pero la esperanza, ella se queda aquí
Muy dentro de mí, así como el hermoso
Recuerdo de haberte conocido
Hace más de 30 años,
Y como todo cuento de hadas, éste llegó a su final,
Un final hermoso, sin tristeza ni melancolía,
Solo de dicha y felicidad,
Porque he conocido a ese niño en la infancia del cual me enamore,
Y hoy ya convertido en hombre lo sigo amando, tal como es.
Y con un hasta pronto me despido.
Nunca un adiós.
Recuérdame siempre como esa niña de la infancia,
De la que te enamoraste.
Yo siempre estaré allí, en tu corazón.
Y tú estarás aquí en el mío.
Con amor, tu querido y viejo amor.
Mery.
PD: siempre habrá una caja con un tesoro que descubrir, sólo tienes que esperarla. Te amo.
FIN
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