Tanisha no se asusta
Eran aquellos tiempos, aquellos minutos y segundos que no volverán.
Cuando somos pequeños vivimos con la idea maravillosa y creencia firme que nunca estaremos solos, mamá ,papá, hermano, hermana, el abuelito, la abuelita, incluso la mascota siempre estará con nosotros. Si, esa idea es una ilusión ,un sueño tan irreal pero no importa porque mientras somos niños debemos apropiarnos de la temporal «dulce felicidad».
Recuerdo que algunas veces jugaba con mi hermano menor que estaba mas loco que yo. Jugábamos a juntar las sillas, y naturalmente aprendimos a usar la imaginación. Éramos constructores, transformábamos esas sillas en una cama, una casa ,o un gran sillón ,en el cual creíamos podíamos todos entrar. Invitábamos a los adultos a jugar con nosotros pero que locura ellos no sabían usar su imaginación como nosotros, aunque nos seguían la corriente como si nosotros los niños fuésemos locos. Mi papá miraba nuestros disparates y se reía, mi mama muy ocupada solo miraba de lejos como destruíamos sus mejores sillas y pintábamos con tierra una de sus sabanas. No importaba nada mas en ese tiempo, había mucha felicidad.
Si, todo lo que transcurría en ese tiempo nos llenaba de ilusión; no habían carros lujosos ni residencias lujosas las cuales podríamos mostrar con algún tipo de jactancia, pero había cierta paz y mucha ilusión .
Nuestra familia fue feliz ,si muy feliz, y estaba constituida por ocho hermanos: cuatro mujeres y cuatro hombres,.
-Hay algo que no entiendo !
¿porqué las cosas que vivimos de pequeños tienen desvanecerse mientras crecemos?. Una vez mientras dormía tuve un horrible sueño ,soñé que estaba en un cuarto muy ,muy blanco ,era del tamaño de seis por seis metros cuadrados mas o menos, yo me encontraba en ese lugar ,y vi que al frente mío habían dos personas: eran mi papa y mi mamá que me miraban y estaban juntos. Mi primer actuar al verlos fue acercarme a ellos, trate de hacerlo pero no pude. En medio de nosotros apareció una gran fruta (pera)que cada vez que hacia el intento por acercarme me alejaba mas. Esa fruta tan pequeña comenzó a crecer y mientras me sumergía en la desesperación mi paso se apresuraba, yo lloraba y corría , pero cada vez sin éxito alguno los podía alcanzar, esa fruta me alejaba de ellos y crecía en tamaño.
Aquella vez conocí por primera vez lo que significaba tener miedo…
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